06 junio 2011

Vida y obra de Leandro Díaz, reconocida con proyecto de Ley del Congreso de la República

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La obra del maestro Leandro Díaz “es Patrimonio Cultural de la Nación y su trabajo será publicado a través del Ministerio de Cultura en una recopilación de sus obras musicales, escritos sociales, culturales y políticos”. Así está plasmado en el proyecto de Ley 39 de 2009 –Senado y 306 Cámara 2010, que aprobó el Congreso de la República: “Por medio de la cual se rinde homenaje a la vida, y obra del maestro de música vallenata Leandro Díaz”
El maestro Leandro Díaz recibió con regocijo este reconocimiento del Congreso y dijo: “estoy muy complacido con esta distinción que dejará a las nuevas generaciones mi vida musical”.
Su hijo, Ivo Díaz, expresó “esta noticia ha llenado a Leandro de mucha emoción y alegría, porque uno de sus propósitos es que la gente conozca su obra; y también es importante esta Ley porque es un verdadero homenaje en vida a un juglar vallenato con más de 200 canciones y clásicos como Matilde Lina, La Diosa coronada; La Gordita y El Verano, entre otros”.
Este proyecto, que pasó a sanción presidencial, contempla dos monumentos de Leandro Díaz; uno en Bogotá y otro en Valledupar.
La ponencia del proyecto expresa: “Leandro Díaz, desde muy jóven acogió el canto vallenato como un dispositivo cómplice de su vida circunstancial, canturreando, vocalizando, componiendo y afinando versos colmados de anhelos que le permitieran sobrellevar el dolor y aminorar la tristeza que proporcionara su ceguera. Echando mano de la razón original para no claudicar ante su pena sombría y abrazando la inspiración recursiva e innata que estimuló su clarividencia, discernimiento y creatividad autóctona tratando de interactuar al mismo nivel con los juglares de entonces”.
“Los colombianos estamos rindiendo el homenaje que merece en compacto la gran obra folclórica del poeta ciego, Leandro Díaz, con el aporte de más de ciento veinte títulos, repertorio en el que sobresalen temas de la nombradía de “Matilde Lina”, interpretada por el Gran Combo de Puerto Rico y “Soy” tema protesta que paseó por el mundo al compás de la afamada Charanga América, obra que emerge en el ámbito tradicional compartido con consagrados Juglares de la Leyenda Vallenata entre quienes se destacan Rafael Escalona Martínez, Tobías Enrique Pumarejo, Luis Enrique Martínez, Francisco Irenio Bolaños Marshall, Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta Baquero y el contenido literario de sus cantos ha motivado el reconocimiento de escritores de la talla de Juan Gossain Abdala, Álvaro Cepeda Samudio y Fernando Fiorillo. La grandeza de su obra es exaltada por el premio nobel Gabriel García Márquez al tomar uno de sus versos como el epígrafe de su obra: El Amor en los Tiempos del Cólera: ’En adelanto van estos lugares, ya tienen su Diosa Coronada’”.
El Ministerio de Comunicaciones, por sí mismo o través de sus entidades adscritas o vinculadas, elaborará un documental sobre la vida y obra del maestro Leandro Díaz, el cual deberá ser difundido por los canales públicos nacionales de televisión.



Fuente: http://www.elpilon.com.co

05 junio 2011

LEANDRO DÍAZ: EL REY DE 'LA DIOSA CORONADA'

A pesar de la ceguera y de una audición débil, el compositor de los versos de Matilde Lina, Leandro Díaz, aún tiene muy viva su memoria. La aparición de su verso en millones de ediciones de ‘Cien años de soledad’ lo inmortalizan como juglar.

“La luz y yo somos enemigos”, dice Leandro Díaz. La frase, poética y amarga, se expande por la sala de la casa en Valledupar, donde el legendario juglar vive aún con la aureola de los hombres que han tocado la buena fama. La expresión no aparece en sus canciones, ni siquiera en las inéditas, según afirma Ivo, su hijo, sino que surge en esta tarde que se desdibuja lentamente detrás de los cerros, más allá de montes y llanuras.


Leandro Díaz, el compositor del epígrafe de ‘El amor en los tiempos del cólera’

Su ceguera de siempre está acompañada ahora de una audición débil que lo obliga a exigir la cercanía de los interlocutores a pocos centímetros de su oreja izquierda. Ya no abre los ojos como en otros tiempos, cuando mostraba parte de sus pupilas muertas. Apenas hilillos de agua como lágrimas, que nacen de pestañas ocultas, demuestran que ahí están los sentimientos de toda una vida que el canto y la composición aproximaron a la leyenda.

Aquí está, sentado en una silla de mimbre, moviendo los dedos como si quisiera acompasar la cadencia de las palabras con el sonido leve sobre la madera. Entre frase y frase, revela su sentido del humor que en ocasiones festeja con una inmensa carcajada. “Sé que existe el sol porque me quema”, afirma.

Leandro, este hombre que nació el 20 de febrero de 1928, ya no posee la reciedumbre que lo hizo famoso en la región. A sus tanteos naturales en busca de los espacios libres se suman los estragos de los años y el efecto de enfermedades que aparecen sin avisar. Pero su memoria está intacta. Por eso recuerda el destino de La diosa coronada, canción que habría de universalizarlo a través de una obra literaria: El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez.

Gabo sabía de Leandro no sólo por sus ancestros guajiros, sino por los múltiples caminos que debió transitar por aquellas tierras en las que el canto vallenato forma parte de la cotidianidad. En la década del cincuenta, cuando la canción comenzó a escucharse a lo largo de las sabanas del Caribe, el autor de Cien años de soledad vivía preocupado por la construcción de un mundo paralelo, Macondo, cuya historia descrita en su obra más emblemática la comparó con un vallenato de trescientos cincuenta páginas.

En esa época quedó grabada en su memoria la historia de la diosa que mueve el caderaje para que el rey se ponga más engreído. El compositor recuerda que, en su época de adolescente, sus tías leían por toda la casa los cuentos de hadas asomadas en ventanitas o mezcladas entre emperadores y princesas. Con esas historias de fábula que golpeaban sus oídos, supo de la llegada de una hermosa joven que, a sus 16 años, despertó la admiración del pueblo.

Entonces, se acercó con el propósito de ser su amigo, pero fue rechazado. Leandro era un forastero que, meses atrás, había llegado a Tocaimo, un corregimiento del municipio de San Diego (Cesar), en cuyas orillas del caudaloso río que lleva su nombre se sentó varias tardes para preguntarse, a través de palabras que resultaron versos, por qué la muchacha que alcanzó a dibujar en las duermevelas del atardecer se creía una diosa coronada. Así nació la canción.

Entrevista a Josefa Guerra Y Leandro Diaz, protagonistas de la canción La Diosa Coronada.





En 1985, tres años después de haber ganado el Premio Nobel de Literatura, García Márquez publicó El amor en los tiempos del cólera con el siguiente epígrafe que sucede a la página dedicada a su esposa Mercedes: “En adelanto van estos lugares: ya tienen su diosa coronada”. Y en la parte inferior, el crédito al autor: Leandro Díaz. –¿Qué recuerda de eso, Maestro? –Que la novela de Gabo se iba a llamar La diosa coronada, como la canción –explica–. Él me conoció en el año en que se creó el departamento del Cesar y la canción que más le gustó fue esa. –¿Le han leído la novela? –No. En ese entonces mis hijos no tenían tiempo. Pero sí me leyeron la más importante: Cien años de soledad.

El nombre de García Márquez lo obliga a reacomodarse en la silla. Pareciera reconocer que sus relaciones con el Nobel y la aparición de su verso en millones de ediciones de una novela famosa, constituyen el sello de garantía de su condición de juglar, moldeado por la melancolía de una vida en penumbras, pero también por el toque de una alegría expresada en metáforas y estrofas.

Por eso se detiene en Cien años de soledad y evoca, mediante las imágenes que desfilaron por su imaginación después de haber escuchado la lectura de las primeras páginas, el regreso de los gitanos a Macondo y el anuncio de Melquíades de que la ciencia había eliminado las distancias.

Leandro Díaz asocia la escena de la novela, que grabó para siempre en su memoria, con su idea de ser clarividente, no sólo para saber dentro de cuántas horas la lluvia caería sobre los arrozales secos, sino para ir de pueblo en pueblo descifrando el futuro a través del recorrido de sus dedos sobre la palma de las manos de su clientela ansiosa.

Pero fue una gitana –como la que llevó Melquíades a Macondo– sentada en el extremo de la aldea, sin catalejo y sin carpa, la que lo obligó a desistir de su empeño de ser un gran prestidigitador.


Entre soledades y cegueras


Cuando la leyenda comenzó a abrirse por los pueblos remotos del Caribe, afirmaron que el autor de La diosa coronada había nacido en una finca del sur del Magdalena, pero él aclara que nació en Hatonuevo, un pueblo de la Baja Guajira ubicado en mitad de la serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta, que alcanzó la categoría de municipio en 1994 en medio de la fiebre carbonífera de El Cerrejón.

También aclara que su más grande amor fue Matilde Lina, la mujer que le provocó innumerables insomnios y la que sirvió de inspiración para organizar las letras de una de las canciones más representativas del folclor nacional. Leandro admite que aquella mujer, que al caminar hacía sonreír la sabana, fue un milagro musical: Un mediodía que estuve pensando (bis) En la mujer que me hacía soñar Las aguas claras del Río Tocaimo Me dieron fuerzas para cantar. Llegó de pronto a mi pensamiento Esa bella melodía…

Escuche una de las mejores versiones de ‘La diosa coronada’ interpretada por Carlos Vives y la Provincia.





Por: Jaime de la Hoz Simanca

25 mayo 2011

Festival Vallenato en Roma, Italia


Concierto de Carlos Vives y la provincia en el año 2009. Milano, Italia.



Con el objetivo de fomentar internacionalmente el folclor vallenato el Consulado de Colombia en Roma, Italia, cursó invitación a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata para que se haga presente en el Primer Festival Vallenato Europeo que se realizará los días 1 y 2 de julio.


El presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina confirmó la asistencia para respaldar a este evento cultural y anunció que asistirá el nuevo Rey Vallenato, Almes Granados Durán y Los Niños del Vallenato de la Escuela Talento Vallenato ‘Rafael Escalona Martínez, tal como lo solicitó el Consulado de nuestro país en Roma.

Cabe anotar que la delegación vallenata partirá el 27 de junio y cumplirá una apretada agenda a partir del 29 de junio a las 10:00 de la mañana asistiendo a una Audiencia Papal. En el acto su Santidad Benedicto XVI saludará desde su estrado y se interpretarán varias canciones. Se tiene previsto que cuatro personas de la delegación vallenata saluden de mano a su santidad.

Para el 30 de junio a las 6:00 de la tarde se hará una presentación musical que organiza la Embajada de Colombia ante la Santa Sede. El embajador César Mauricio Velásquez, ofrecerá un coctel de bienvenida y asistirán embajadores, personalidades de la curia vaticana e invitados especiales.

El día 1° de julio se inaugurará el Primer Festival Vallenato Europeo y antes del concurso se presentará el Rey Vallenato Almes Granados, Los Niños del Vallenato de la Escuela ‘Rafael Escalona Martínez y la Escuela de Danzas del grupo Ballet Azúcar de Cali, entre otros.

Dentro de la gira también se incluye recibimiento a la delegación vallenata por parte del alcalde de Roma, Gianni Alemano, acto de inauguración de obras de artistas colombianos en el Salón de Arte ‘Domus Talenti’ y presentación en la ciudad de Florencia.

Finalmente la delegación vallenata será invitada a los diferentes sitios de interés de la ciudad de Roma como: Coliseo Romano, Arco de Constantino, Foro Imperial, Templo de Diana, Mercado Troyano, Monumento Victorio Emanuel, Templo de Adriano, Piazza Venezia, Panteón, Fontana de Trevi, Piazza Trinita del Monti, Piazza di Spana, Piazza de Popolo y Museo Vaticano, entre otros.

El regreso desde Roma, de la delegación vallenata inicialmente está previsto para el domingo 9 de julio, indicando que se puede prolongar si surgen nuevas invitaciones aprovechando su estadía, contactos que adelanta en estos momentos el Consulado de Colombia en ese país.

Esta gira por Europa es producto del trabajo serio, intachable y eficiente que cumple la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y permitirá que sus músicos expandan la música vallenata, llegando hasta los oídos de su Santidad Benedicto XVI, quien escuchará en la voz de Almes Granados y de los Niños del Vallenato de la Escuela Rafael Escalona Martínez, las historias de nuestros queridos compositores que nunca pensaron que esos pueblos y personajes, perdidos en la geografía nacional, llegaran tan lejos.



http://www.festivalvallenato.com/


05 mayo 2011

Santander Durán Escalona. ¿Quién le graba a Durán?


Santander Durán Escalona, para muchos el mejor compositor del denominado "vallenato moderno". Su rigor narrativo demuestra que, antes de que la llamada "nueva ola" contaminara ese género vernáculo, hubo propuestas auténticas, de gran factura literaria, que constituían un paso adelante en lo que plantearon los patriarcas del folclor.

Compositor de numen alucinado y verso de gran vigor. Sus canciones son un verdadero portento de armonía musical y mensaje. Heredero del estilo romántico y lírico de Gustavo Gutiérrez pero también de la savia narrativa de su tío Rafael Escalona. Nació en 1944 en Valledupar. Hijo de Santander Durán Gómez y Abigail Escalona. Es ingeniero agrónomo. Con su hermana, Estela grabó varias producciones cantando temas románticos. Ganó cuatro veces el Festival Vallenato, galardón que nos da un referente de sus calidades autorales. En el 2006 ganó la versión Rey de reyes. En 1999 fue descalificado en la final por no presentarse a tiempo con la canción Los hijos del café cuando se auguraba otro título a su ya crecido sortilegio de honores. Ganó en Villavicencio en 1985 el Centauro de Oro del Festival Nacional de la canción con el paseo Bajo la luna.


Escuche una muestra de canciones de la autoría del compositor en mención. También puede ver un documento en video sobre dos de los mas grandes compositores del vallenato moderno, Gustavo Gutierrez y Santander Durán.


Al ganar en el festival vallenato versión rey de reyes con la canción “Entre cantores”, hermosa evocación de una noche musical entre auténticos amigos, Santander Durán Escalona se reafirma como el más grande compositor de su generación, el genio que le ha descifrado las fórmulas secretas a la alquimia del vallenato, que ha logrado una deslumbrante simbiosis entre la propuesta romántica y la narrativa, que ha llevado sus letras al límite de la perfección lírica y gramatical, el mismo que ya había ganado el festival en tres ocasiones anteriores.


Lo ganó la primera vez con “Lamento arhuaco”, cuya segunda estrofa dice:

“Fueron guerreros de raza valiente
que derrotada ante el invasor

huyó del valle donde la muerte
iba a caballo conquistador”


Aunque fue compuesta a principio de los setenta, la canción no pierde vigencia, y más en un medio como el vallenato, que ha desatendido su esencia raizal de serranía y río de piedras para convertirse en el adefesio que escuchamos en las emisoras. “Lamento arhuaco” asume la voz de nuestro hermano mayor, el despojo histórico de que ha sido víctima hace siglos por el invasor español y hoy día por ciertos terratenientes de la región.


Luego, en 1987, Durán Escalona gana con “La canción del valor”:

“Invoco a los espíritus del viento
de la guerra, de la paz y del amor
a la sombra de los antepasados
y a la poesía futura de un cantor
para que cante la gesta de mi pueblo,
cuando no exista ni el eco de mi voz,
y hayan pasado los siglos,
y la historia no sea contada por el conquistador”


Durán Escalona demuestra aquí una vez más su oficio en la filigrana de componer un buen vallenato. También con voz indigenista, cuenta del sacrificio de los tupes, asumiéndolo con un manifiesto valiente y desafiante, enmarcándolo en una melodía exuberante, cargada de emociones.

En su tercera victoria Durán Escalona sorprende con un son, “Cantares de vaquería”, un relato de la epopeya del ganado, cuando salían los vaqueros a atrapar a los cimarrones por los territorios del Magdalena grande.

“Salimos de madrugá!

Salimos de madrugá!

para cruzar los esteros,
con el sol de los venaos
porque dicen que de noche se aparece en el sendero
el toro de cachos de oro y de los ojos coloraos”

Un par de días antes de que se conociera el resultado del concurso “Rey de reyes” de la canción inédita, el enviado especial de este diario, Juan Carlos Díaz, publicaba un interesante artículo sobre la desaparición del vallenato protesta, género del cual Durán Escalona es un insigne exponente, no sólo por las canciones mencionadas, sino por “La bananeras” y muchas otras. Allí decía Durán Escalona que no volvía a entregar una canción a un grupo vallenato.

Es de entender. No sólo hay indiferencia hacia sus canciones, sino que se graban de la manera ligera con que se interpreta el vallenato de hoy día.


Aun así, sorprende que los cantantes se quejen de falta de buenas composiciones y terminen grabando verdaderos esperpentos.

Santander Durán Escalona continúa su propio camino, que no es otro que el de la salvación del vallenato: su letra constituye un progreso dentro de la propuesta inicial de los viejos juglares, y al mismo tiempo está dotada de un rigor lingüístico que jamás traiciona los postulados de la raigambre del género.


Canciones como “No vuelvo a Patillal” y “Río Badillo” surgieron del festival. En esos tiempos, cantantes como Jorge Oñate se peleaban las canciones. Hoy cunde la indiferencia, que no es sólo hacia el más grande de todos, autor de “Ausencia” y “Cerro Murillo”, sino hacia la esencia del verdadero folclor. Por eso desde aquí les lanzo el reto a Oñate, a Zuleta, a Villazón, o a los más jóvenes, los talentosísimos Manjarrez y Dangond: ¿quién es lo suficientemente valiente para grabar esta canción?


Fuentes: http://www.laesquinadelcine.com/ , http://www.solovallenato.com/