28 noviembre 2010

Salsa con acordeón: ¿profanación Mayor?




Muchos salseros de tradición a lo mejor se escandalizaran con la inclusión del acordeón en ese trepidante ritmo que resuena en las esquinas de la ciudad . La orquesta La Mayor de Curramba espera que, por el contrario, su propuesta sea motivo de nuevas reuniones y alegrías en torno a la música y sobre todo, abra la puerta a nuevos conceptos en el mundo salsero.

En un adelanto de su proyecto musical, la orquesta presenta una propuesta osada que pone nuevamente en el tintero un debate sobre los géneros musicales y las nuevas fusiones. De acuerdo con su director, Manuel Castro, la idea es crear un concepto que permita llegar a gustos más diversos que los que llega la salsa.

Pero ¿una salsa fusionada con vallenato no dejaría de ser salsa? Para Castro la respuesta negativa radica en que la música es como un color que puede descomponerse en varias gamas, sin dejar de ser un mismo color. “Al final del día, la música es universal. Nuestro norte es la salsa, pero hay que ser universales”, aseguró.

La agrupación, compuesta por 14 músicos que se unieron para consolidar la idea que tenía Manuel Castro desde hace más de dos décadas, planeaba realizar un disco con un tributo a la música romántica de los años 60 y 70 que conservara la delicadeza de sus letras pero llevara impreso un sabor diferente.

Y nada más diferente que una propuesta enmarcada por fusiones innovadoras para poner a bailar a las generaciones de ayer y de hoy.

Kike Romántico Pava, reconocido baladista barranquillero y antiguo miembro del grupo Feelings en la voz principal, junto a otros músicos experimentados le dieron forma a la idea que por estos días presentan al público en una primera canción, tributo al éxito de la agrupación chilena Los Ángeles Negros.

Como quisiera decirte es el tema que la orquesta ha escogido para lo que ellos el consideran el arranque perfecto de su proyecto. La canción hace parte del primer material discográfico de la agrupación, cuya propuesta bandera es la “tarjeta de invitación que la salsa le ha pasado al acordeón, para que participe en nuestro proyecto”, como relató Castro.

Los integrantes de La Mayor de Curramba consideran que no hay espacio a rivalidades cuando se trata de música, razón por la cual decidieron incluir entre sus ritmos diversas fusiones, destacándose las logradas con ritmos vallenatos.

“Nosotros vestimos de caché al acordeón”, contó en forma jocosa Romántico Pava, explicando así la presentación de su propuesta, en donde se ve al instrumento insignia del vallenato acompañado de un traje de gala: “Se trata de una forma de acompañamiento, donde el ritmo tradicional salsero será suavizado de forma sutil por las notas del vallenato”

Para su primer disco, que verá la luz a principios del próximo año, los miembros del grupo anticiparon muchas fusiones, posiblemente igual de arriesgadas: “Estamos pensando en incluir sonidos del reggae y el calipso”. La propuesta está sobre la mesa y La Mayor de Curramba se alista para defenderla en los escenarios para demostrarle a los barranquilleros que la salsa y el acordeón no tienen que estar peleados.


Fuente:http://www.elheraldo.com.co/

25 noviembre 2010

Leandro en Manaure…


Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan


Un 16 de julio encontré a Leandro Díaz en la casa campestre del abogado Armando Luis Calle Calderón, en Manaure (Cesar). Estaba acomodado en un taburete parrandeando en plena festividades de la Virgen del Carmen.
En medio de la parranda surgió la voz inconfundible de Ivo Luís Díaz, cantando “Dios no me deja”:

“Yo nací una mañana cualquiera
allá por mi tierra, día de carnaval
pero ya yo venía con la estrella
de componer y cantarle a mi mal. (Bis)

Leandro tocaba tenuemente con las yemas de sus dedos el borde del taburete, sin perder la melodía. Sus ojos estaban como siempre: cerrados, parecía dormir pero no era cierto. Leandro siempre está despierto en su interior.
Fue invitado por Armando Calle, para que viviera con sus amigos una buena parranda al lado de su hijo Ivo Luis y su nuera Ruby Cecilia y muchos amigos más.
En un receso de la parranda vallenata me acerqué a Leandro y empezamos a charlar. Me dijo que la primera vez que llegó a Manaure había sido en el año 1953, a unas fiestas de la Virgen del Carmen de la cual es devoto, porque es también la Patrona de su pueblo Hatonuevo y durmió en casa de Sabas Bendeck.
“En esa oportunidad me hice muchos amigos con mis simples cantos y mis simples versos y al año siguiente vine invitado por Alfonso Cotes Querúz mi gran amigo, fue mi guía en Manaure y en todos los pueblos de la región. “Poncho” Cotes era un hombre diferente, porque tenía para todos y a cada uno le daba el trato que merecía”, explicó Leandro.
Confiesa que cuando se sentía cansado de tanto ajetreo musical de los pueblos “de abajo” se iba para Manaure (Cordillera Oriental), en donde siempre ha tenido la mejor audiencia de sus canciones, “porque en los años 50 y 60 el que venía a Manaure venía a divertirse”, recuerda.
Leandro en Manaure estuvo en muchas parrandas con Alfonso Murgas, Beltrán Orozco, Juan Manuel Muegues, “Poncho” Cotes, Emiliano Zuleta Baquero, Rudecindo Daza (todos fallecidos) y muchos otros. Bebieron ron Andino, que en esa época vendían las hermanas Cleofe y “Pacha” Calderón, cada botella costaba 20 centavos y era chirrinche puro (una bebida de los ancestros).
De Toño Salas (hijo de la vieja Sara) acordeonero, compositor y verseador de la música vallenata recuerda: “fue mi gran mejor amigo, mi compañero por más de 20 años, hicimos lo que pudimos con la música vallenata y bautizamos muchas parrandas buenas”, subrayó.
Ha creado más de 500 canciones, entre ellas: Horas Felices, Morenita, El bozal, Diosa coronada, Mi pueblo (El hatonuevero), Misterio, El negativo, La contra (El pícaro de provincia), El cardón guajiro, El andariego (el pregonero), Mi memoria, El malherido, La gordita, Yo soy, Dios no me deja, A mí nadie me consuela y Matilde Lina:

“Un mediodía que estuve pensando (bis)
en la mujer que me hacía soñar
las aguas claras del Río Tocaimo
me dieron fuerzas para cantar
llegó de pronto a mi pensamiento
esa bella melodía (Matilde Lina)
y como nada tenía
la aproveché en el momento (bis)”

Nació en Hatonuevo (Guajira) el 20 de febrero de 1928. Desde pequeño lo llevaron al pueblo de Tocaimo, después vivió en San Diego (Cesar) y hoy reside en Valledupar. Es ciego de nacimiento, aunque dice que una vez vio un destello.
Con una gran sabiduría sostiene. “hoy soy más feliz que antes, porque antes la lucha era terrible y la forma de vida era muy diferente”.
Empezó cantando tangos, boleros y rancheras. Su primera canción fue en 1945: “La loba ceniza”.
Su canción más reciente la trae el nuevo disco de su hijo Ivo Luís Díaz y “Chiche” Martínez, titulada: “Como yo no hay dos”

“No he podido contemplar la luz
como lo has hecho tú en un nuevo amanecer
yo no he podido ver el cielo azul
ni mirar la tristeza de un atardecer”

Leandro sostiene que no guarda resentimientos contra Dios, porque: “a pesar de todo, Dios me ha dado mucho” y sentencia: “La gente cree que la vista es la grandeza del mundo, pero yo le he demostrado al mundo que sin ver también se puede vivir y se puede ser útil a la sociedad”, concluyó Leandro José Díaz Duarte, el ciego que le canta a la naturaleza, a la luz, a la vida, a la mujer y a sus correrías por los pueblos de la provincia. Dios lo guarde. Hasta la próxima semana.


Por Aquilino Cotes Zuleta

16 noviembre 2010

Jorge Oñate, Señor Grammy a la Excelencia Musical



La canción ‘La Paz es mi pueblo’ se volvió a escuchar con más fuerza en el terruño donde nació Jorge Oñate y todo porque regresó con el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical. Precisamente, ante su triunfal llegada su paisano ‘Jubalito’ abrazó al ‘Jilguero de América’ y le dijo: “El Grammy Latino Vallenato/Cumbia, se entrega todos los años, pero este es único, porque usted es el más grande cantante vallenato”.
Los aplausos no se hicieron esperar y en ese instante comenzó a sonar un grupo de mariachis cuya canción relata:

Una piedra en el camino
me enseñó que mi destino
era rodar y rodar.
Después me dijo un arriero
que no hay que llegar primero,
sino hay que saber llegar.

Todos fueron cantantes por unos segundos para terminar la canción, con derecho a repetición: “Pero sigo siendo el Rey”. En ese momento varias lágrimas adornaron las mejillas del hombre que con su voz ha sido vocero del mensaje de la auténtica música vallenata y como en el dicho popular: “se ha comido las verdes y las maduras”. O mejor: “Al que le van a dar le guardan y si está frio, se lo calientan”.
Estando rodeado de sus paisanos indicó “Este premio es una grandeza para cualquier país que un artista tenga ese reconocimiento por su trayectoria musical. Gracias a Dios y a la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación por otorgarme este galardón que mostraré con orgullo, porque en este trofeo se enmarcan mis 44 años de vida dando a conocer mi querido folclor vallenato y según los entendidos es como recibir un premio Nobel en el campo musical y cultural”.
Entonces se recordó que entre los destacados artistas latinos que recibieron también el Grammy a la Excelencia Musical están Armando Manzanero, Susana Rinaldi, Joseito Martínez, las hermanas Márquez y João Donato. Todas glorias vivientes del folclor de sus respectivos países.
Al Jorge Oñate recibir su premio por parte del compositor Kike Santander se le vinieron a su memoria esos primeros años en que cantaba en pueblos lejanos y el vallenato no tenía esas repercusiones que alcanzó al crear el Festival de la Leyenda Vallenata. “Esos tiempos fueron difíciles y eran horas y horas de recorridos por caminos de herradura y donde era toda una proeza llegar, pero hoy con el Grammy en la mano puedo decir que valió la pena sacar adelante esta música que nació en los corrales y ha llegado a muchos lugares del mundo con su mensaje de hechos cotidianos narrados y cantados inicialmente por nuestros juglares y que nos hemos encargado de multiplicar. Cuando me entregaron el Grammy a la Excelencia Musical lo recibí con humildad, con sencillez y lo dediqué a Dios, a mi familia, a la numerosa familia del folclor vallenato, al periodismo de Colombia, a los amantes del vallenato, a mis seguidores y especialmente a mi pueblo La Paz, ese pueblo donde vivo y donde se inició mi bella historia en la música y seguirá, porque hay Jorge Jorge Oñate, Señor Grammy a la Excelencia MusicalOñate para rato”.
Claro que a pesar de haber obtenido este galardón por su exitosa carrera musical aspira a obtener el Grammy Latino Vallenato/Cumbia. “Voy a seguir buscando ese premio, porque siempre entrego trabajos musicales que tienen la más grande aceptación y clasifican, además, porque tenemos que sostener esta categoría que nos hemos ganado, debido a la importancia del folclor vallenato”.
Oñate no paraba de hablar por haber obtenido ese premio que lo catapulta entre los grandes artistas de Latinoamérica y lo compromete a poner en lo más alto la música que se hace con caja, guacharaca y acordeón.
“Seguiré siendo un abanderado de la música vallenata y me estoy preparando para una nueva producción musical al lado del acordeonero Christian Camilo Peña, la cual comenzaré a grabar a mediados del próximo año, porque ahora estoy gozando de la mayor aceptación con el CD ‘Te dedico mis triunfos’, donde sobresale la canción ‘La aplanadora’.

Diomedes siempre grande

En medio de las felicitaciones y de los altos elogios al hijo querido de La Paz, se le indagó sobre el Grammy otorgado a Diomedes Diaz, y le mandó a su colega el mensaje más sincero y grato.
“Quiero felicitar al compadre Diomedes y lo aplaudo por este importante premio. El tenía todos los méritos para ganar, porque es un grande del vallenato y su aporte es extraordinario. Quiero decirle que sigamos en este camino para que el vallenato se sostenga y sea cada día más grande en el ámbito nacional e internacional. Diomedes Díaz, se lució con ‘Listo pá la foto’ y demostró que tiene mucho para seguir aportando a este folclor, donde cuenta con una cantidad de fieles seguidores y este premio le servirá de estimulo”.

Sigue cantando

Después de recibir el cariño de su pueblo y de contar detalles de la ceremonia donde le entregaron el gramófono le dijo al grupo vallenato que lo acompañara. Todos guardaron silencio y en ese momento con emoción sublime su potente voz se escuchó para recordar:

Te regalo mis cantos,
mis risas y mis alegrías,
te regalo mis triunfos,
mi alma y la vida mía.

Todos volvieron a aplaudirlo porque el hijo de La Paz, Cesar, se metió en el listado de los escogidos por sus hazañas musicales.
Cuando el movimiento del sonido de las palmas de la mano cesó Jorge Oñate, anotó: “Dios me trajo al mundo para cantar y yo tengo que seguir cantando y llevando mi arte musical a Colombia y al mundo”.
Seguidamente, en su mente volvieron a repetirse las palabras del presidente de la Academia Latina de la Grabación, el mexicano Gabriel Abaroa, quien le dijo “Don Jorge, este es más especial, es mejor que un Grammy”. Razón tiene ‘Jubalito’, quien en medio del abrazo le soltó la misma frase al Jilguero de América’ y le ratificó que es el Señor Grammy a la Excelencia Musical.





Por Juan Rincón Vanegas
juanrinconv@hotmail.com

fuente:http://www.elpilon.com.co/

12 noviembre 2010

Diomedes Díaz: Dedico el Grammy a quienes me siguen en verano o en invierno


Jorge Oñate y Diomedes Diaz. Artistas Vallenatos ganadores en los GRAMMY Latinos 2010


Quienes lo conocen aseguran que él todavía no ha podido entender en qué momento la madeja que enredó su vida lo puso a pender en un delgado hilo del inmenso tropel a que lo ha sometido la fama y el prestigio, una queriendo vencer a la otra y las dos marcando los pasos que debe seguir un artista, el cual generó las grandes diferencias dentro de su generación y la música que representa, al tiempo que hay quienes sostienen que no hay un artista en nuestra patria que haya mal aprovechado de tal manera todo lo que la naturaleza musical de la gran provincia le prodigó.

Lo vi llegar con sus cinco pisos a cuestas y la presión constante de llevar entre pecho y espalda la mirada inquisidora de un pueblo que le sigue, para saber qué dice, qué hace, qué piensa y cuál es su nueva creación, sumado al liderazgo que sostiene de la música vallenata, pese al mal momento que vive, reflejado en los buenos y malos comentarios que produce y lo persiguen como un fantasma. Llegó perfumado y todo vestido de blanco.

—Primo, si viene a preguntarme cuántos errores he cometido, le diré que son muchos —me dijo, al tiempo que se agarraba las manos y miraba a los lados como en busca de algo.

Pero la verdad-verdad, es que no soy un hombre malo, es más, no tengo por qué serlo. Mis padres me criaron con mucho amor y eso es lo que respiro en mis canciones. No tengo en mi alma nada de resentimiento. Todo el mal que me han hecho, ya lo perdoné. Espero que también lo hagan con mis errores.

Agachó la cabeza como en busca de una absolución. No era el indicado para perdonarlo, pero comprendí que su actitud lo que buscaba era protección. Me miró de frente, como queriendo adivinar la pregunta que venía. Solo atiné a decirle, qué podemos esperar su familia, sus amigos de verdad, sus seguidores, si la gente dice que usted llega borracho y con otras drogas entre pecho y espalda, que incumple y que ya no canta.

—Vea primo, de mí se ha dicho de todo. Conmigo se han ensañado. Desde pelao me ha tocado luchar para darle nombre a mi nombre. Muchos no me perdonan que haya salido a la otra orilla”.

Le pregunto entonces: Diomedes, ¿por qué no sales de esos problemas de droga y alcohol que tanto daño le ha hecho a su vida? Se sorprendió con mi reflexión y vi que arrugó la frente, que en él, es un signo de malestar.

—Primo si yo fuera solo alcohol y droga, ya no existiría Diomedes. Eso es más mito que realidad. Lo que pasa es que ese es el caballito de batalla que usan conmigo. Solo para poner por encima ese problema, a mi talento. Si fuera pura droga, ¿usted cree que tendría voz? Es tanta la mala fe frente a mis problemas, que cuando sufrí la enfermedad que padecí, más de uno sin reflexionar dijo que era producto de la droga. Pensar que ese mal me lo produjo un virus que cogí en el ambiente. Todo eso lo he vivido con paciencia franciscana. Pero Dios es grande y la virgen del Carmen que no dejan de ayudarme, me acaban de mandar el premio Grammy con mi compañero Alvarito.

Abrí mis manos como deteniendo sus impulsos: Diomedes qué piensa de su más reciente producto musical, le pregunté.

—Ese es un trabajo hecho con el alma, pese a mi enfermedad, lo canté en una tarde rodeado de mi mamá, mis hermanos, mis hijos y mis amigos más cercanos. Pese a que muchos no creían en lo que estaba grabando, ha tenido una gran aceptación.

Es tan bueno, que la gente del Grammy lo ha escogido, dando la pelea para obtener ese galardón que desde ya se lo dedico a todos mis seguidores, a esa gente humilde que en invierno o verano me sigue. Para ellos, Diomedes no es malo y es que no lo soy primo, se lo juro por mama Vila, por el viejo Rafael María que está recogío por Dios.

Tranquilo primo, que le creo. ¿Qué piensa Diomedes del Grammy para el vallenato?

—Es un gran logro para nuestra música. Estaba en Venezuela cuando se produjo esa noticia tan valiosa para nuestro folclor y quienes lo han ganado merecen ese gran premio.

¿Cómo ve su producto Listo pa’ la foto frente a los nominados?

—Mi producto no es porque sea mío, está a la altura para ganar ese bello trofeo. Tengo a unos grandes talentos al frente: Poncho es un maestro del vallenato, Cocha fue mi compañero, Jorge otro grande del folclor, el Binomio aunque no esté Rafa, sigue bajo la batuta de Israel, que es un gran acordeonero y de Omar Géles y Alex Manga, son muchachos que hacen una gran labor. Cualquiera de ellos, puede ganar.

¿Qué podemos esperar de Diomedes Díaz Maestre, más escándalos, más comentarios negativos en los medios de comunicación o una mejor manera de vivir la vida?

—Vea primo, siempre he respetado a los medios de comunicación, pero para mi infortunio, me he encontrado con unos personajes que dicen quererme, que les gusta mi música, pero que apenas cruzo la esquina, escriben hechos que no son verdad. Llenan tantas cuartillas contra mí, que a veces, he llorado de la impotencia, porque es una invención de mala fe que no tiene compasión de Dios. Pero bueno, también entiendo que es producto de la fama y algo tienen que decir, así sea una verdad a medias. Pero esa no es la gente que va a acabar a Diomedes. Para eso cuento con mi gente que está regada por muchos lugares del mundo, que me defienden sin conocerme, que tal cuando me conozcan. Todo se lo dejo a Dios, mientras tanto les seguiré cantando y componiendo a la gente que sigue mi música. Vine a este mundo fue a dejarle un regalo musical, no me preocupa que los resentidos escriban tantas páginas malas sobre mí, no se han dado cuenta que soy más que eso. Como dice un canto mío, “el día que me muera les dejo mi canto y mi fama”.

¿Qué le parecen los nuevos valores del vallenato?

Lo hacen bien, creo que Jorgito Celedón y Jimmy Zambrano, Silvestre Dangond y Juan Mario de la Espriella, Peter Manjarres y Sergio Luis Rodríguez, Jean Carlos Centeno y Ronald Urbina, representan bien lo que hacen. No los veo como competencia sino como unos embajadores de nuestro folclor.

Revuelo en Valledupar por Grammy Latino para Diomedes

Los seguidores del artista se aglomeraron frente a su casa cuando supieron de su logro. / Valledupar.

En las afueras de la residencia de Diomedes Díaz, en el barrio Los Ángeles, un grupo de fanáticos se ubicó en vehículos con altoparlantes que repetían las canciones de El Cacique de la Junta, para congraciarse con el artista por el galardón del Grammy Latino en la modalidad de vallenato-cumbia que ganó anoche sin estar presente en La Vegas.

Diomedes estuvo encerrado en su casa, rodeado de su familia y su manager José Zequeda, quien indicó que el cantautor recibe el premio con mucha emoción. “Desde la nominación dijo que si se lo ganaba Poncho Zuleta o Jorge Oñate, lo consideraba como suyo. Hoy Diomedes le ofrece este galardón a ellos que considera sus maestros”, indicó.

Zequeda había anunciado una rueda de prensa con Diomedes tras conocerse la decisión de la Academia de entregarle el Grammy Latino, pero el artista decidió que el encuentro con los medios de comunicación sería hoy en un hotel de la ciudad, teniendo en cuenta que debía cumplir un compromiso musical en su tierra natal La Junta, La Guajira.

Jorge Rodríguez, uno de los más fervientes fanáticos de Diomedes, y uno de los primeros en llegar frente a su residencia, manifestó que “este es un triunfo que todos estábamos esperando, era hora de que El Cacique lo consiguiera, era su oportunidad y vamos a celebrarlo”.

En las estaciones radiales de Valledupar, en las casas y establecimientos públicos anoche sonaron con más fuerza los éxitos de Diomedes Díaz en una celebración por el título otorgado a este artista desde los Estados Unidos. MBC

Por Félix Carrillo Hinojosa
Fuente: ElHeraldo.com.co



24 septiembre 2010

MÚSICA DEL CARIBE COLOMBIANO


 
Muestra de varias canciones pertenecientes a diversos ritmos del caribe colombiano. Para navegar por el listado completo use las flechas ubicadas en la parte inferior derecha del reproductor





La música del área continental de la costa Caribe colombiana está representada por una gran variedad de ritmos en los cuales los aportes africanos entraron en consonancia con los aires europeos e indígenas. A partir del siglo XVI la influencia de la tradición africana impulsó profundas modificaciones en las nuevas tonadas, imprimiéndoles la vistosidad y el vigor propios de la gente raptada de África.Según su función, los ritmos del litoral Caribe pueden ser clasificados en: cantos de laboreo, entre los que sobresalen las zafras, las maestranzas y la vaquería; cantos ceremoniales, como el lumbalú, la zafra mortuoria y el bullerengue, y aquellos que son empleados en espacios de esparcimiento, como el mapalé, la cumbia y sus seis variantes, el paseo vallenato, el son palenquero y, recientemente, la champeta.El mulataje, es decir, la confluencia de tradiciones africanas y europeas de la música que se conformó y consolidó en el litoral, se manifiesta en los cantos de labor y en las zafras. En la cumbia y sus seis variantes se expresa de manera contundente el zambaje, es decir, la interacción de melodías indígenas con ritmos de origen africano. Estas confluencias de diversas tradiciones también emergen en los cantos vallenatos, como el son y el paseo, en los que el canto está reservado a comentar episodios y sentimientos.La cumbia, el mapalé y el bullerengue también conservan típicas peculiaridades musicales africanas. El ritmo de la cumbia, por ejemplo, está constituido por giros melódicos en terceros, propios de la música africana. En el mapalé resaltan el canto y el palmoteo de los intérpretes, quienes los alternan con las entradas de los tambores, que actúan en función coral. El bullerengue mantiene en mayor grado las retenciones de los estilos musicales africanos. El uso de ciertos instrumentos musicales, la existencia de bailes cantados, el uso del típico estilo de canto responsorial africano entre un solista y el coro, la evidencia del uso ritual, especialmente el funerario, y el léxico de estos cantos son características que ponen de relieve la importancia de la tradición africana en la consolidación de la música afrocaribeña del litoral.A continuación se presenta un listado de ritmos folclóricos y populares que se han dado en la Región Caribe Colombiana. Como se puede apreciar, algunos ritmos son totalmente autóctonos; otros son variaciones de los patrones rítmicos originales; un tercer grupo son ritmos adaptados, y hay un buen grupo de propuestas rítmicas. En su conjunto, todos merecen de nuestra investigación para evaluarlos y valorarlos en toda su dimensión rítmica, melódica, armónica y literaria, y, por qué no, para recrearlos, enriquecerlos y proyectarlos internacionalmente.



Fuentes: Aulaactual.com, Colombiaaprende.edu.co

22 septiembre 2010

Vuelven “Poncho” y Emilianito. Los Hermanos Zuleta



Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan:

“Porque cuando escucho mi triste acordeón
quisiera reírme y quisiera llorar
porque cuando escucho a mi hermano cantar
quisiera una copa llena de licor
quisiera un momento olvidar el dolor
que pasen las penas y sentirme feliz
al lado de mi hermano
con quien he batallado

para poder vivir” (bis).

A las edades de 13 y 17 años, los hermanos Emiliano y “Poncho” Zuleta Díaz estaban seguros de que iban a crear un conjunto vallenato, pero su mamá Carmen Díaz y su papá el “Viejo Mile” no compartían semejante propuesta, porque para le época (años 1940 – 60) la música vallenata era considerada por la alta sociedad vallenata como pecaminosa y para los socios de los clubes sociales era insultante llevar hasta sus salones las melodías del merengue, el son la puya y el paseo.
Se afirman que se les debe a Rafael Escalona Martínez, “El Turco” y a Darío Pavajeau que inicialmente incursionaran con el acordeón de “Colacho” Mendoza a los aposentos de las familias ricas de Valledupar y luego se “tomaron” al Club Valledupar.

Sin embargo, la idea de los hermanos Emilianito y “Poncho” de grabar un disco no necesitó del aval de sus emblemáticos padres y se cristalizó unos años más tarde, cuando ambos estudiaban en Tunja. Para entonces ya Emilianito era un aventajado acordeonero y un principiante compositor. “Poncho”, 4 años menor que su hermano “Baro” como le decían a Emilianito, era un consumado cajero.

El primer disco lo grabaron en 1971: “Mis Preferidas” y luego vinieron “La Cita” (1972), “Mi Canto Sentimental” (1973), “Rio Crecido” (1974) y “Rio Seco”.
Además de hermanos, son compadres y se visitan casi todos los días. Emilianito acusa a “Poncho” de “pícaro”, aduciendo que siempre lo ha engañado; pero “Poncho” siempre ha hecho caso omiso a lo que él llama “las rabietas de mi compadre”.


Óigame compadre me va a perdoná
y en forma jocosa le voy a decir
porque usted aprendió a sumar
y no aprendió a dividir (bis)

Ese es el hermano que más quiero yo
pero to´a la vida me ha querido fregá (bis)
Coro
Nos criamos junticos hermanito del alma
a veces contento y por cualquier bobada rabioso también
entonces me busca o lo busco yo a él
Por qué?…porque la sangre llama.

Tienen cinco años de estar separados musicalmente. “Con mi compadre “Poncho” ya hablé, vamos a hacer un CD bien bonito en noviembre y lo trabajaremos un par de años, porque nos vamos a retirar por la puerta grande. La verdad es que ya está bueno; no es que estemos cansados, pero llevamos cincuenta años en la música, ya somos sesentones”, me confirmó Emilianito durante una entrevista.
Emilianito está tocando desde que tenía trece años de edad. Pero, quiere dedicarse ahora a su vida, tranquilizarse del ajetreo de la música, visitar a sus amigos y los sábados y domingos irse para su finca con sus hijos y su mujer.
A pesar de tener dos profesiones: Agrónomo de la Universidad Pedagógica de Tunja y Economista de la Universidad Tadeo Lozano, Emilianito se dedicó a la música. Cuando terminaba su carrera de Economista salió su disco “Mi Canto Sentimental” y los Zuleta se dispararon en ventas. Emilianito trabajaba en la Corporación de Turismo en Bogotá y le tocó renunciar del puesto y entrar de lleno al conjunto con su hermano.
“Ser músico es una esclavitud, porque uno no le dedica los fines de semana a su familia. A mi mamá (Carmen Díaz) la dejé de ver muchas veces porque estaba tocando, eso era una mortificación. Hemos decidido “Poncho” y yo dedicarnos a querernos todos los días. Seguro que haremos nuestras parrandas, pero serán de vez en cuando”, recalcó.
“Mi compadre “Poncho” fue a mi casa y me propuso que grabemos nuevamente y yo acepté, yo sé que me va a seguir engañando, pero cómo se hace, hermano es hermano”:
Emilianito, advierte que en esta nueva unión, contratará un Contador Público, para que vigile todas las transacciones que hagan de las presentaciones semanales: “Si mi compadre “Poncho” me engaña de nuevo le saco otra canción y contrato un profesor para que lo enseñe a dividir y restar”, concluyó EZD.



Por Aquilino Cotes Zuleta
Fuente: http://www.elpilon.com.co/

19 septiembre 2010

Grammy especial para Jorge Oñate: La Academia le otorgará Premio a la Excelencia Musical


El anuncio de los seis artistas que este año recibirán los Premios a la Excelencia Musical, otorgados por la Academia que otorga el Grammy Latino será el martes. Jorge Oñate es uno de ellos.


En la tradición vallenata, Jorge Oñate es la voz que le dio el protagonismo al cantante por encima del acordeonero en los conjuntos. A sus 44 años de carrera, en julio pasado, el cantor de clásicos como 'Nido de amor' recibió una llamada confidencial (hasta hoy) para anunciarle que recibiría un premio internacional a su trayectoria.

El mexicano Gabriel Abaroa -Presidente / CEO de la Academia Latina de la Grabación, que otorga el Grammy- le explicó el premio:

-Don Jorge -dijo Abaroa-: Cada año, el Consejo Directivo de la Academia se enorgullece en seleccionar a seis personas reconocidas por haber abierto brecha en el camino de la música. Este año, el Consejo decidió nombrarlo a usted con el Premio a la Excelencia Musical, que antes sólo ha recibido un colombiano: el maestro Rafael Escalona. Nos encantaría invitarlo a que lo acepte el 10 de noviembre, en Las Vegas.

Tras un breve silencio, Oñate contestó:

-Estoy presto a recibir lo que venga en bien de la música vallenata. Dios da las cosas a veces a su debido tiempo.
Oñate le habló a Abaroa de su disco más reciente, 'Te dedico mis triunfos', y de su canción 'La aplanadora', éxito actual en Colombia.

"Recibo esto con los brazos abiertos, con cariño y con vehemencia, pensando que todo lo que viene en bien de Jorge Oñate viene en bien de la música vallenata".

Y rompió en sollozos.

-Quiero transmitirle algo, don Jorge, mientras se recupera -añadió Abaroa ante la emoción de Oñate-: Este es uno de los pocos premios que da un Consejo Directivo que se sienta, evalúa y discute durante tres días. Me da mucho orgullo comunicárselo. Si esto le está tocando las fibras, me da gusto, porque me dice que se hace un buen trabajo al dárselo. Hay gente que al reconocerla viste (enaltece) a la Academia, y creo que este es uno de esos casos.

-Gracias... -continuó Oñate aún sin contenerse-. No sé cómo voy a dormir. Siempre le pedí a Dios que me dé su espada para ganar un día el Grammy y me ha dado algo más especial.

-Don Jorge, este es más especial, es mejor que un Grammy- recalcó Abaroa.

-Conmigo tendrá una buena representación. Sé darle valor a lo que se me entrega -dijo el cantante vallenato, y aprovechó para pedirle espacio en la ceremonia de entrega de los Premios Grammy Latinos, para cantar algo de Escalona o de Leandro Díaz.

La llamada, a la que EL TIEMPO fue invitado como testigo del momento en que el artista recibiera la noticia, terminó con un recordatorio de su confidencialidad.
Un mes y medio después, Oñate y su acordeonero, Christian Camilo Peña, recibieron otra noticia del Grammy: fueron nominados en la categoría de cumbia/vallenato.

Así, sin importar quién gane entre Diomedes Díaz, Ómar Geles, El Binomio de Oro, Poncho Zuleta y el mismo Oñate, el 'Jilguero de América' volverá de Las Vegas con su propio trofeo o, quizás con dos, si además gana en la categoría vallenata.

La lista oficial de artistas que también recibirán el Premio a la Excelencia Musical se conocerá el martes.

Pablo López recuerda los comienzos de Oñate

El cajero Pablo López, una leyenda de la percusión en el vallenato, dice que conoció a Jorge Oñate desde que nació, en La Paz (César) de donde ambos son oriundos.
"De niño fue travieso, temperamental -recuerda López-. A medida que fue creciendo se inclinó por la mísca y con mi hermano menor 'El Debe' López, le sacaban el acordeón a mi papá, escondido, y se iban a cantar y tocar a los corregimientos vecinos, a parrandear con gente de su edad. Desde entonces yo sabía que Oñate había nacido para cantar".

Las grabaciones comenzaron para Oñate cuando un primo suyo, Alfonso Fernández, que era compositor, quiso grabar un CD, sin ánimo más que de guardar sus canciones para mostrarlas a los amigos y lo buscó a él y a Pablo López para que lo acompañaran.

Ya en 1969, Pablo, que ya tenía el contacto con la CBS (ahora Sony), recomendó a su hermano, el acordeonero Miguel López para una grabación. Con Miguel cantaba Jorge Oñate, los dos solían presentarse juntos en parrandas de su tierra natal.

"Hicimos una prueba, con la gente de CBS en mi apartamento -recuerda López-. Vino Jorge, vino Miguel, estuvimos tocando de las 2 a las 6 para esa gente a la que teníamos que probarle que estábamos en condiciones de grabar. Oñate me decía: "Oye, esta gente ni conversa entre ellos. Yo creo que aquí no va a haber nada". Pero fue después de cantar la canción El siniestro de Ovejas, que Santander Díaz los citó para grabar a las 9 a.m. Del día siguiente.

"Fuimos a la Suramericana de Grabación -agrega López-. Había un estudio con cuatro micrófonos y se grababa con el conjunto entero. Yo tenía amigos de la universidad que tocaban conmigo en parrandas en Bogotá, así que los llamé. Casualmente estaba Poncho Zuleta y lo llevamos como guacharaquero. Poncho López, otro hermano mío, tocó la tumbadora . Así se grabó el primer disco, titulado 'Lo último en vallenato', de Los Hermanos López con Jorge Oñate como cantante".

Con Los Hermanos López, Oñate comenzó como cantante en serio. Fueron durante años la competencia vallenata de Los Corraleros de Majagual en las casetas de los pueblos. Y cuando los López quisieron apoyar la aspiración de Miguel López de ser rey vallenato, en 1972, era impensable que en la competencia cantara alguien diferente del acordeonero. "Pero yo leí los estatutos, decían que cualquiera del conjunto podia cantar. Así que pusimos a cantar a Jorge Oñate".
Así, Miguel López pasó a la historia como "El rey mudo", porque fue el primero de los reyes vallenatos que no cantó en la competencia. Y Oñate entonces empezó a darle protagonismo al cantante vallenato, hasta el punto que en los discos, empezó a figurar por encima del acordeonero.

Una leyenda que busca competir con los cantantes jóvenes

Alfonso 'Ponchito' Castro es primo segundo y ex manager de Jorge Oñate. Sobre el Ruiseñor del Cesar, Castro destaca cómo su voz partió en dos esa tradición vallenata en la que para todo reinaba el acordeonero. "Antes de Jorge, el acordeonero cantaba y era la figura principal, ahí fue cuando se impuso el cantante".

Castro resalta también la sensibilidad social de Oñate y la faceta política, ya que el cantante ha sido representante a la Cámara, diputado del César y Concejal de La Paz, su patria chica.

"En el vallenato lo conocen como un hombre guerrero, enamorado del arte. A pesar de que tiene 61 años todavía compite con los pelados. La gente sabe que cuando saca un CD va a guerrear, que le gusta promocionar y es de los pocos artistas vallenatos de esa edad a los que les gusta salir a promocionar. Siempre está preocupado por ver lo que está sonando y meterse en el cuento. Ahora, fíjese, La aplanadora ha llegado a público de todas las edades".

A pesar del relevo generacional, dice Castro que Oñate es de los que se llena de orgullo al saber que la mayoría de los cantantes jóvenes, cuando quieren grabar algún clásico, acuden la mayoría de las veces al repertorio grabado por el artista.

A lo largo de su carrera, ha alternado con los varios reyes valleanatos -Castro afirma que es el cantante que ha tenido en su conjunto a más cantidad de reyes-: Miguel López, Álvaro López, El Cocha Molina y Christian Camilo Peña, además de Colacho Mendoza y 'El Chiche' Martínez.

"Se dice que la suya es la voz más educada que hay en el vallenato, desde siempre fue muy afinado, su vocalización es perfecta".


Liliana Martínez Polo
@vallenatoSClub
Fuente:http://www.eltiempo.com/

06 septiembre 2010

Novedades y Descargas. La persona de mi vida, Iván Villazón

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¡A Lorenzo Morales nunca le cayó la Gota Fría!

Una aproximación periodística a la vida y obra de Lorenzo Morales desde la perspectiva de tres paseos vallenatos: “La Gota Fría”, de Emiliano Zuleta; “Buscando a Morales” de Rafael Escalona y “La Muerte de Moralito” de Leandro Díaz



La Gota Fría (Emiliano Zuleta)

En Urumita, Guajira, sólo falta que le levanten un monumento a Lorenzo Morales por perdedor, por cobarde, por miedoso, por “gallina”. 60 años después de que en este pueblo se presenciara el acontecimiento más importante para su historia, la piqueria entre Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales, todavía las mujeres con su alharaca aseguran que Moralito se fue de mañanita y que dejó un duelo en tablas. Hoy, cuando camino por las calles urumiteras, estoy convencida que ésta es la única piqueria vallenata donde el perdedor sale tan bien librado, que medio siglo después todavía se le recuerda con bullicio y sin afán alguno.

Cuando mi gran amigo epistolar, Alberto Salcedo Ramos, escribió el “Testamento del Viejo Mile” estaba seguro que la historia de Lorenzo Morales sería, cuando se escribiera, el relato de un perdedor, de una sombra. Y estaba seguro porque durante algunos de los encuentros que tuvo con el Viejo Mile, ahí estaba Moralito escoltando a su compadre, mudo, atento, esperando quizás que algún periodista extraviado con ansias de noticia viniera a entrevistarlo. Sí. Es que para todos era claro que a quien habían invitado era a Zuleta y no a Morales y que Morales estaba ahí porque Zuleta, en sus últimos tiempos, siempre “cargó con él”. Por esta razón Salcedo Ramos termina el Testamento diciendo: “Zuleta carga con su compadre adondequiera que lo invitan a dar un concierto porque estima apenas justo dejarlo participar de las ganancias que ayudó a forjar. Sabe que sin él, su canto habría quedado inconcluso...”

La Gota Fría es un paseo célebre por dos razones esenciales: La primera porque es un insuperable embuste, no cabe duda, y la segunda porque está tan bien hecho el relato que da cuenta al mundo de dónde queda la Provincia con su “negro yumeca” y con su “no quisiste hacer parada”, tipifica la figura y la idiosincrasia del juglar.

¿Por qué la Gota Fría no deja de ser una calumnia? Salcedo dice que fue la natural arrogancia de Emiliano –que los urumiteros muy bien se encargaron de abonar– lo que lo llevó a sentirse acorralado por la nota melodiosa de Morales, y entonces con la dignidad herida realizó lo que mejor sabía hacer: la narración versificada de una contienda que tiene más de imaginario que de realidad. Así fue como se erigió cual ganador indiscutible de un duelo musical que nunca se llevó a cabo. Por ello quien escuche la Gota Fría queda informado de la supuesta huida cobarde de un juglar.

Sin embargo, es menester contar lo que La Gota Fría omite para establecer que no hubo tal huida, ni tal cobardía, incluso es menester contar que Morales, aquella noche mientras Emiliano dormía, desplegó, generosamente para los urumiteros que parrandeaban desde temprano, las notas de su acordeón.

Aún más, pocos conocen la gran admiración de Morales por el toque de Chico Bolaño, quien desde épocas atrás era el acordeonero más reconocido, lo cual nos permite inferir que la ejecución de Morales encontró durante mucho tiempo sostén en la creatividad del molinero y deducir que su despliegue melódico, reconocido por los más rancios parranderos, recibiera la influencia de aquel.

Lorenzo Morales es el único heredero de la nota de Bolaño, distinto a su dinastía, que escuchó y emuló la nota de Chico hasta hace unos años cuando el mal de tembladera le robó la agilidad a su manos. “Ese Bolaño era un señor músico, muy músico, yo lo reconozco como acordeonero especial, un tipo molinero, del Molino, más arriba de Villanueva. Él fue uno de los principales acordeoneros, maestro por aquí, a mí me gusto mucho la melodía del él”, comenta Morales.

En segunda instancia, y al mencionar a los negros yumecas, Zuleta le apuesta a un tipo de narración satírica, ubicándolo como un desarraigado más de la Zona Bananera, pero con ello no consiguió minimizar su condición de acordeonero. Al contrario, paradójicamente lo regresa a sus cardonales. Dos fragmentos relevantes de La Gota Fría:

Lo segundo narrado por La Gota Fría que tipifica la idiosincrasia juglaresca, es eso de hacer parada, no es parranda, óigase y dígase bien, es PA-RA-DA, los músicos, nuestros juglares, tenían la necesaria costumbre de parar, de parar en los pueblos a esperar que el acordeonero que “jugaba” de local, se diera cuenta de su llegada y al fin decidiera pararse con él...

La Gota Fría se convierte, entonces, en un abanico de tristezas y soledades, de bonanzas y lujos, de historias, de historia patria y de historia macondiana. La Gota Fría eterniza el estilo de los paseos juglarescos, con los cuales reveló el alma de los pueblos.



Reproductor de videos periodisticos referentes a la cancion "La Gota Fria" y varias versiones de la misma



Buscando a Morales (Rafael Escalona)

Hace 62 años un jovencito de la estirpe del coronel Clemente Escalona conoció la magnitud de la trashumancia juglaresca, al no encontrar en su casa al acordeonero insignia de la tierra de los cardonales. En aquel entonces, 1945, Rafael Escalona y su compadre Miguel Canales se recorrieron Guacoche desde la plaza hasta el río, en busca de noticias de Lorenzo Morales. Algunos lugareños le dijeron que estaba en Badillo otros que en Patillal. Las mujeres del pueblo le recomendaron que si no lo encontraban en Valencia se fueran para Caracolí. Pero Rafael siguió su camino para “La montaña”, la finca de su compadre Miguel, y por esa vez, sólo por esa vez, se quedó sin escuchar el toque de Lorenzo Miguel. Días más tarde escribió unos versos, que llegaron hasta Morales, en donde le decía que había pasado por su casa y que la había encontrado sola, que había empujado la puerta y que la puerta estaba trancá... y Morales se convirtió en un canto de Rafael cuando este sin garabatear escribió: “porque Moralito es una enfermedad / que está en todas partes y en ninguna está, / porque Moralito es una fiebre mala / que llega a los pueblos y en ninguno para”. Sin duda alguna, Lorenzo llenaba de requisitos con su nota a un joven aprendiz de compositor de escasos 17 años, el gran Rafa, que seguramente llegó a Guacoche para que Lorenzo acompañara con su acordeón sus cantos y no para que los cantos acompañaran el acordeón. El tiempo inexorable invertiría los lugares y ahora, Escalona encuentra a Lorenzo cada vez que se le antoje y Lorenzo, sólo atina a decir, “el viene por aquí de vez en cuando”

Escalona, aclaro, fue el que le contó a Marina Quintero, maestra de la Universidad de Antioquia, que esa tarde llegaron a Guacoche Miguel Canales y él buscando a Lorenzo porque querían parrandear. Y que no lo encontraron y que le preguntaron a medio pueblo y que siguieron su camino para “La Montaña”. Todo eso se lo dijo el maestro Escalona a Marina cuando ella le preguntó por su canción “Buscando a Morales”. Pues bien, para su comadre Consuelo Araujonoguera, Rafa si fue a Guacoche, pero no con Miguel Canales sino con Hernandito Molina. En efecto, así lo relata Consuelo en su libro “Rafael Escalona el Hombre y el Mito”: “en 1945 se realizó en Valledupar el bautizo del nieto de Rosa García, cuyo padrino era el doctor Ciro Pupo Martínez. Y a la casa de Rosa fueron a parar los grandes, medianos y pequeños parranderos atraídos por la fama del acordeonero encargado de amenizar las fiestas, que lo era Lorenzo Morales. El convite se prolongó tres noches y dos días y los comentarios siguieron durante toda la semana siguiente. Pero hubo dos de los contertulios que inexplicablemente se quedaron por fuera: Rafael Escalona y Hernandito Molina”.

Consuelo dice que cuando los dos parranderos se enteraron de las maravillas del acordeón de Morales, decidieron ir a buscarlo a Guacoche, “así que ellos también armaron viaje esa tarde; y por la noche, después de mil peripecias encima de una mula vieja y de un macho tuerto, llegaron a Guacoche con una borrachera de cinco pisos...” y que después al no encontrarlo, regresaron al Valle y el 6 de enero en la casa de Oscarito Pupo, Escalona cantó “Buscando a Moralito”

De esto don Hernando Molina no recuerda nada. No recuerda a Lorenzo, ni su toque, ni su acordeón. No recuerda a Guacoche y no sé qué tanto se acuerde de Rafa. En cambio, Lorenzo si recuerda a pesar de ser mayor que don Hernando. Morales me dice que Escalona fue a buscarlo, que lo importante no fue con quién, sino que fue a buscarlo y que lo más importante fue que no lo encontró, “eso no es mentira, yo en ninguna parte estaba. Él era un tipo parrandero de aquí de Valledupar, me buscaba en la Paz, me buscaba en San Diego, me buscaba en Valencia... y yo estaba de parranda en Manuare o por el Plan, por muchas partes de esas, eran los lugares donde uno se codeaba con los amigos, nosotros éramos amigos y por eso él sentía la ausencia mía, como sabía que yo siempre tenía mucha música inédita”. Bueno, hoy pienso que si lo hubieras encontrando, querido maestro Rafael Escalona, no habrías comprobado aquello de la trashumancia, de la vagabundería, de los juglares.


La Muerte de Moralito (Leandro Díaz)


"La muerte de Moralito" Interpretada por los Playoneros del Cesar

A los 93 años el pasado para Lorenzo no tiene fechas, ni horas ni días. No. En el pasado de Morales hay tres asuntos contundentes y repetitivos: La Zona Bananera, Codazzi y Carmen Bracho. No más. La Zona representa los tiempos de gloria, de acordeones bonitos, de zapatos lujosos, de un buen trago. En Carmen Bracho están todas las mujeres que él amó y en Codazzi esta su vida campesina.

Morales dijo que se había internado en la Sierra decepcionado de la música, un par de años después de que Zuleta escribiera la Gota Fría. Estaba decidido a morir sembrando maíz y ordeñando vacas. Ahí nacieron muchos de sus hijos, y la música y las corredurías quedaron subordinadas a esta lejanía. Tanto así, que Leandro Díaz compusiera para él, el tercer paseo que considero emblemático por cuanto describe la angustia por una muerte no anunciada.

La importancia del paseo de Leandro se concentra en dos puntos claves: La razón por la cual Leandro Díaz reclama la presencia de Morales y la segunda lo que Leandro espera alcanzar mediante su clamor.

“La Muerte de Moralito” es un monumento a la composición y ¿por qué no decirlo?, una protesta. Leandro reclama la presencia de Morales sin que entre los dos exista un vinculo de amistad o de cofradía. Lo hace, porque le parecía sospechoso que a sus coterráneos, a los provincianos, a quienes parrandeaban con él, no se hubieran preguntado por la no presencia del acordeonero más famoso. Leandro divide, entonces, la vida de Lorenzo en tres tiempos: El tiempo de la gloria cuando su andar silencioso por la región se volvía todo un acontecimiento, el tiempo de la ausencia cuando decidió no defenderse más de los satíricos versos de su compadre y se internó en una finquita de la Sierra y se volvió agricultor y el tiempo de la sombra, tiempo en el que caminó por las huellas de Zuleta.

Mientras escribo esto, recuerdo que un tanto angustiada le comenté a mi amigo Álvaro Becerra del olvido en el cual vive Lorenzo actualmente, y como si tuviera la respuesta pensada desde mucho tiempo atrás, dijo sin agregar más nada: “¡el Coronel no tiene quién le escriba!”. No siendo más, busqué a Beto Murgas, y con la misma angustia con la que le hablé a Álvaro Becerra del olvido a Lorenzo, le hablé a Beto, y entonces con la seriedad que el asunto amerita, me dijo, que el coronel si tiene quien le escriba, desde enero de 2007, señores, Lorenzo Morales fue declarado por Sayco, Gloria Del Folclor Nacional.


Apartes de la Ponencia sobre Lorenzo Morales presentada en el XXIV Foro Nacional sobre el Folclor Vallenato en la ciudad de Valledupar – Cesar
Esta Ponencia se realizó con el apoyo del Centro de Investigaciones de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia


Fuente: http://www.elmundo.com/

05 septiembre 2010

El ‘rey’ sin corona de la composición vallenata: Víctor Camarillo ‘Camara’




El 18 de septiembre de 1926, el barrio Cañaguate vio nacer a
Víctor Mauricio Camarillo Ochoa, en el hogar conformado por Martina Camarillo y Pedro Ochoa, a quien Dios dotó de inteligencia y sabiduría para componer canciones que han enriquecido el folclor vallenato, porque le ha compuesto a la vida, al amor, a la naturaleza, a las cosas sobrenaturales, a las mujeres, a nuestras leyendas y hasta a los políticos.
‘Camarillo’ o ‘Cámara’, como es conocido este juglar de la música vallenata, no tuvo la dicha de conocer a su padre, quien murió cuando él apenas tenía tres años, pero por fortuna contó con el apoyo de su tío Urbano Camarillo, quien lo impulsó a salir adelante y lo ayudó a formar como persona.
Cuenta Víctor Camarillo que aprendió a leer y a escribir por su propia cuenta y a los 22 años de edad, comenzó a tocar el acordeón y la guacharaca, arte que perfecciono con la ayuda de los grandes músicos de la región, entre ellos su primo hermano Calixto Ochoa Campo y su gran amigo ‘Colacho’ Mendoza.

“El Cristo de Colombia”
Dio sus primeros pasos como compositor en el año 1948, cuando compuso su primera canción un son-lamento titulado ‘El Cristo de Colombia’ dedicada al caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, tras su asesinato en Bogotá.
Recuerda ‘Camara’ que la canción que lo dio a conocer como compositor en todo el Magdalena Grande, fue la dedicada a Pedro Castro Monsalvo, titulada ‘Los tres fallecidos’.
Tema que le grabó ‘Colacho’ Mendoza y Pedro García, por primera vez y luego fue grabada por Poncho Zuleta en una producción privada.
Tres de marzo en un trágico accidente/
En la ‘Ye’ de Ciénaga falleció un vallenato/
Y se oía el cometario de la gente/
Lamentando con dolor la muerte de Pedro Castro/.
Pero sin duda la composición que le ha dado mayor reconocimiento a Víctor Camarillo Ochoa, es la dedicada a la ‘Leyenda Vallenata’, canción que presento en el concurso de la canción inédita y no fue tenida en cuenta por los jurados.
En una llanura linda de un valle muy rico lo que sucedió/
Una gente bien armada de tierras lejanas la nuestra querían/
Fue entonces cuando los indios al escuchar un grito que un jefe lanzó/
Y por medio de emboscada y flecha envenenada ellos la defendían.
Los españoles avanzaban y los indios tupes le retrocedían/
Hasta el monte sicarare donde se encontraba el cacique Upar/
Y un manantial que sus aguas por envenenadas todos se morían/
El capitán de la guardia se hizo de rodillas y se puso a exclamar/
Y la virgen se les apareció reviviendo a los envenenados/
Y el caique herido se entregó, así fue que se realizó el milagro.
Un relato cantado con el que el compositor cañaguatero hizo un aporte a la historia de Valledupar al plasmar en la canción ‘Leyenda Vallenata’, el milagro de la virgen, donde narra todos los pormenores del enfrentamiento entre indios, negros, españoles y la aparición de la ‘Guaricha’, lo que hoy enmarca una de las más grandes leyendas del valle del Cacique Upar.
Además de esta obra musical, ‘Camarillo’ presentó otras composiciones en el festival vallenato, pero nunca alcanzó la corona de la canción inédita, por eso hoy es el rey sin corona de la composición vallenata.

Un libro y un CD
Quizás por los achaques de la edad, ‘Camarillo’ ya poco compone, pero se trazó una meta de publicar un libro y un CD con su vida y obra musical para dejársela de regalo a sus amigos y a todos los amantes del folclor vallenato.
El proyecto que viene adelantando en compañía de un sobrino, iba a ser lanzado este 18 de septiembre, pero la falta de apoyo de las entidades gubernamentales encargadas de manejar la cultura en Valledupar y el departamento, tiene el trabajo paralizado.
“Pensábamos lanzar el libro el 18 de septiembre día de mi cumpleaños, pero no se pudo por falta de apoyo”, dijo el juglar.
A pesar de que los ladrones lo han dejado a pie en varias oportunidades porque le han robado varias veces su bicicleta, es usual ver a Víctor Camarillo, recorrer las calles de Valledupar cantando y chiflando montado en su compañera permanente, -la bicicleta- que lo acompaña para todas partes, sobre todo a hacer el recorrido diario por el barrio Cañaguate, donde nació y donde dice que espera morir.

Participaciones en el festival
A pesar de que sus canciones nunca fueron tenidas en cuenta por los jurados del concurso de la canción inédita, Víctor Camarillo Ochoa, se presentó en varias oportunidades al Festival Vallenato y también prestó sus servicios como jurado, sin ningún rencor o revanchismo, porque es consciente de que sus canciones han contribuido a engrandecer el folclor.
Su primera participación en el concurso de la Canción Inédita del festival vallenato, fue en el año de 1969 con la canción ‘Leyenda Vallenata’ eliminada en la primera ronda, luego se presentó en 1970 con la puya ‘La Contienda’, en el 71 con el son ‘Lo que fue un vallenato’ y en 1972 lo hizo con el tema ‘El Fiel Amigo’, donde ocupó el tercer puesto, entre 21 participantes, posteriormente volvió a presentar otra canción inédita pero hubo un malentendido y desde entonces no ha vuelto a participar.
Por sus conocimientos de la música vallenata como acordeonero, guacharaquero y compositor, ‘Camarillo’ fue designado en varias oportunidades como jurado en la categoría semi-profesional, infantil, aficionado, profesional y piquería. En los años ochenta tuvo la dignidad de pertenecer a la Junta Organizadora del Festival Vallenato.

Otras composiciones
26 canciones grabadas y más de 100 inéditas hacen parte de la historia musical de Víctor Camarillo Ochoa, muchas de ellas grabadas por reconocidos cantantes que le dieron la fama y el reconocimiento que tiene en el ámbito musical.
Entre sus canciones reconocidas están ‘El fiel amigo’, grabada por Emilio Oviedo y Rafael Orozco; ‘Ven’ llevada al acetato primero por su gran amigo Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, después por Elías Rosado y ahora último por Fabián Corrales; ‘Hechicera’ grabada por ‘Colacho Mendoza’ e Isaac Carrillo, entre otras tantas.
También le han grabado Ovidio Granados, y “Poncho Zuleta” para una edición privada encargada por entidad financiera.
Muchas de sus canciones fueron dadas a conocer en una producción musical donde el mismo ‘Camarillo’ toca el acordeón o canta. Uno de los temas incluidos en ese trabajo es el son-lamento titulado ‘El Cristo de Colombia’ dedicada a Jorge Eliécer Gaitán.
Nació en Colombia, aquel gran hombre/
El gran caudillo, un liberal/
Fue penalista, tuvo renombre/
Noble y sencillo, era Gaitán/
Fue inteligente, muy decidido/
Por su talento, al pueblo alertó/
Como eminente, fue decisivo/
Pero la muerte, no los quitó/

Camarillo y las tradiciones vallenatas
Como buen cañaguatero, en su juventud Víctor Camarillo, parrandeó en la cantina de Petra Arias, al lado de sus amigos ‘Colacho’ Mendoza, Rafael Escalona, Isaac Carrillo, Ovidio Granados y el famoso Wilson Márquez. Además cuenta que no se perdía ningún fundingue, ni fiesta religiosa que se realizaba en el viejo Valledupar.
El haberse gozado y zapateado todas estas fiestas, lo convierten hoy por hoy en el heredero de grandes tradiciones que hacen parte de la cultura y religiosidad vallenata, como la velación de San Pedro y San Pablo; es uno de los miembros más antiguos de la Hermandad de Jesús Nazareno de Valledupar; negro y capuchino en la fiesta de la Virgen del Rosario.
Actualmente es presidente de la Danza de los Negros en la fiesta del Corpus Cristi, que hace parte de la tradición familiar que le dejaron sus abuelos y padres.
Como ya las fuerzas no le dan, ‘Cámara’ recuerda con nostalgia la jocosidad y picardía que le imprimía a las jornadas de carnaval y pre-carnaval que se gozaban en el Valle, donde se hizo famoso por imitar al reconocido humorista mexicano Mario Moreno ‘Cantinflas’, por lo que se ganó el remoquete del ‘Cantinflas’ vallenato.


Fuente: http://www.elpilon.com.co/

30 agosto 2010

JORGE OÑATE, EL RUISEÑOR LE CANTA A SU NIETA

Un nieto es un hijo que uno tiene dos veces.
Juan Gossaín

Una madrugada, después del trajinar de una presentación el cantante Jorge Oñate, llegó a su casa y su cuerpo entró en el natural descanso. Estaba en esas, cuando tuvo un sueño que lo hizo despertar de inmediato. Su mente estaba en contacto directo con su corazón y le trasmitió unos versos y una melodía, para dedicarla a un ser que desde hace seis años le alegra la vida, su nieta la que cariñosamente lo llama: “papa”.

Porque Shadia está muy grande
es que Shadia se creció,
ella es el amor de papa
que me la bendiga Dios.

Un verso sencillo, pero que cuenta con el más ferviente cariño del abuelo de corazón noble y que sabe señalar el horizonte con amor y confianza. Shadia Oñate Villafañe, la hija de Jorge Luis y Kelly, le prodigó a su abuelo un amanecer feliz y desde ese momento comenzó a armar el rompecabezas de versos, para que tuvieran la contundencia necesaria, el sentimiento más grande y la melodía exacta para adaptarla al acordeón de Christian Camilo Peña.
Jorge Oñate no hizo mucho esfuerzo porque muy bien lo dijo: “Shadia, es mi primera nieta. Ella es algo de mi alma y la gente sabe la adoración que le tengo. A Shadia, la quiero, como también a mis nietos Madena y Jorge Samuel. Prácticamente, a Shadia la criamos Nancy y yo, y por eso la adoración es muy grande y ella se comprende mucho con nosotros”.



Con estas palabras de amor a sus nietos, la tarea fue fácil porque el corazón mandaba señales de alegría.

Quisiera ser como Escalona
pa’ hacerte una casa en el aire,
que no te visite nadie
solamente mi persona.

La canción iba tomando forma y Jorge Oñate pensaba. “Rafael Escalona, le hizo su canción a Adaluz; Calixto Ochoa, al retoñito; Hernando Marín, a sus muchachitas; Diomedes Díaz, al muchacho y otros compositores más que le han hecho a sus hijos. Yo, también le he cantado a mis hijos Delfina Inés, Jorge Daniel y Jorge Luis, entonces era preciso hacerlo con mi primera nieta, en representación de todos”.

Se me ha ido Delfina Inés
pero, me ha quedado Shadia
y también Jorge Samuel
y Madena, son mi alma.

La inspiración lo seguía acompañando y poco a poco iba armando los versos que le dieran la formula precisa para homenajear a su nieta. Esa nieta inquieta que adelanta el grado de pre escolar y que en sus ratos libres también canta, queriendo emular a su abuelo.

Me lleno de sentimiento
cada día la veo más grande,
ya me estoy poniendo viejo
no tengo cuando olvidarte.

Cuando la canción había tomado forma Jorge Oñate, se la dió a conocer a su esposa Nancy Zuleta, la querida ‘Patrona’ y a sus hijos. “Para mi familia fue algo de mucha alegría y sentimiento. Después la estrené en una presentación en Sahagún, Córdoba, y comenzaron a reproducirla y ahora me la piden diciéndome: “Canta la canción de tu nieta”. No tengo palabras como expresar ese instante, donde los padres ven reflejados en ese canto a sus hijos y a sus nietos. Eso para mi es muy lindo”.
En ese momento de la entrevista el hombre que marcó en dos la historia de la música vallenata y que suena por todas partes con sus grandes éxitos ‘La aplanadora’ y ‘Te dedico mis triunfos’, bajó su cabeza y como premio dejó correr por sus mejillas unas lágrimas. Esas lágrimas son la muestra del más fiel sentimiento que hizo posible que por su garganta corrieran los más elocuentes versos, dedicados a un ser que Dios trajo al mundo para alegría de todos y que hoy es noticia cantada.
…Y Shadia la escuchó
La nieta a quien le habían dedicado el canto estaba inocente. No sabía nada, hasta que su abuelo la llamó y se lo hizo escuchar. Ella, que se sabe algunos de los cantos interpretados por su abuelo, no dudó en ponerse feliz y de inmediato le entregó el mejor regalo: un abrazo, un beso y una sonrisa que valen más que mil palabras.
Desde ese momento Shadia, la hizo suya. De todas maneras es para ella y en voz alta repite y repite:

“Porque Shadia está muy grande/es que Shadia se creció/ella es el amor de papa/que me la bendiga Dios”.


Las palabras se esconden en la garganta de Jorge Oñate cuando se le pide hablar de ese momento glorioso y a cabo rato expresa: “Shadia se la sabe, ya la canta. En sus ojos noto la alegría. No hay palabras para explicar su felicidad, que es la felicidad de su familia. Es el homenaje a mis nietos que como digo son mi continuidad. La canción queda como una proclama del amor inmenso que primero los padres, tenemos para los hijos y después se prolonga hasta los nietos y bisnietos”.
Cuando estamos hablando, Shadia se presenta al escenario de la entrevista y sin pensarlo Jorge Oñate, improvisa un nuevo verso que logra el aplauso de su nieta que promete aprendérselo en menos de lo que canta un gallo.

Porque Shadia es mi nieta
porque Shadia está muy linda,
que Dios la tenga presente
y triunfe siempre en la vida.

De ese encuentro entre el abuelo y su nieta no hay letras en el abecedario para describirlo, solamente queda en el aire la frase de Shadia: “Gracias, papa”.
Shadia Oñate Villafañe, la hija de Jorge Luis y Kelly, le prodigó a su abuelo un amanecer feliz y desde ese momento comenzó a armar el rompecabezas de versos, para que tuvieran la contundencia necesaria, el sentimiento más grande y la melodía exacta para adaptarla al acordeón de Christian Camilo Peña.



Fuente: http://www.elpilon.com.co


25 agosto 2010

EL VALLENATO PROHIBIDO DE ESCALONA "ROJAS PINILLA"

El escritor vallenato Alonso Sánchez Baute se dio a la tarea de buscar por cielo y tierra las estrofas de las que el juglar se avergonzó toda su vida. Acá está la canción en homenaje al general Rojas Pinilla, que los amigos de Escalona nunca perdonaron, y un acercamiento a la proximidad del compositor con el poder.


El general Rojas Pinilla y Rafael Escalona


Un párrafo de Consuelo Araújo en Escalona el hombre y el mito llamó mi atención: “No es justo el juicio secreto que muchos de los amigos y partidarios deEscalona intentaron hacerle para pedirle cuentas, castigarle, cobrarle o simplemente echarle en cara lo que consideraron una defección imposible en su obra musical. Él es únicamente un cantor, un cronista lírico y como tal hay que aceptarlo o rechazarlo, admitirlo o criticarlo, sin caer en la trampa de montarles juicios a sus actitudes”. La Cacica se refiere a un canto que el maestro compuso para Rojas Pinilla. “Hoy, Escalona, pese a la buena amistad que mantiene con María Eugenia Rojas, prefiere no hablar de este suceso, que muchos de sus amigos y seguidores nunca entendieron ni le perdonaron”.

Desde muy niño recuerdo al maestro vestido de caqui y pistola visible en la pretina del pantalón. ¿Por qué habría de “paniquear” tanto una canción del pasado a un hombre que presumía de su arrojo? ¿Qué era lo que no le perdonaban sus amigos? ¿Por qué le causaba tanta vergüenza un canto que compuso cuarenta años atrás? “En el apogeo de su gloria –cuenta La Cacica–, el alto gobierno decide invitar al cantor a Bogotá. María Eugenia Rojas brinda una fiesta en su residencia en la que Escalona será la figura principal y allá va él con un heterogéneo grupo musical con Víctor Soto en el acordeón. Escalona determina hacerle un canto al general Rojas Pinilla”.

Quienes me conocen saben que no soy versado en vallenato a pesar de haber nacido y crecido en Valledupar. En mi iPod hay más música de Aldo Haydar que de Diomedes Díaz. Aun así, me llamó la atención conocer este vallenato del que consulté con el señor Google, busqué en el Ares y hurgué en mis libros de folclor para no encontrar nada nuevo. La explicación de Consuelo es que “se trata de un canto nonato” y que “de su recuerdo sólo quedan aquellos que lo grabaron”. De manera que me di a la tarea de encontrar a alguno de ellos.

Abrevio el cuento hasta la parte en que pido a mi papá que me ayude buscando en Valledupar datos que lleven esta historia a feliz término. Él habla con el Turco Pavajeau, con Andrés Becerra, con Alejandro Isaza. Amigos suyos que fueron a la vez amigos de Escalona. Días después se prende una luz. El hermano de Jaime Calderón Brugés, quien vive en Estados Unidos, guarda comunicación con Víctor Soto en Miami.

Calderón Brugés me hace el cruce telefónico, primero con su hermano y luego, por medio de éste, con el primer acordeonero que tocó las canciones de Escalona, y de paso el primero que interpretó vallenatos en Bogotá. Tras varios intentos, ninguno de los dos responde el teléfono. Mientras se da la espera, analizo con el ex Registrador Nacional la cercanía de Escalona con el poder.

Calderón recuerda que en la campaña para la Constituyente, Pastrana Borrero visitó Valledupar acompañado por la pléyade del godismo local. Estando en pleno evento irrumpió Escalona, quien no sólo no estaba invitado sino a quien tampoco se le conocían intereses en el Partido Conservador. “Fue directo a la mesa principal, saludó a Pastrana y se sentó a su lado”. Finalizado el acto, Pastrana –viejo zorro de la política que años atrás sacó dividendos de su amistad con Pambelé– susurró al oído de un político local “Saquémosle una declaración”, esperando que Escalona invitara a votar por su lista. Algunos ad láteres acuden con sus micrófonos. Escalonaelogia al Presidente pero no pronuncia la frase esperada. Años después, en una conversación entre Pastrana y Calderón, éste le pregunta qué tanta votación aportan los personajes públicos del deporte o la farándula. “Eso es un imponderable”, contesta el Presidente, dando a entender que, más que votos, tributan con reconocimiento y popularidad.

Días atrás, durante un almuerzo en el hotel Dann, el abogado e historiador Ciro Quiroz me contó sobre el día en que Escalona se conoció con Uribe Vélez. “El gobernador de Antioquia estaba en una fiesta en el Club Valledupar. Sin conocerlo, Escalona le mandó con un mesero una botella de whisky. Uribe la recibió con la frase Yo no he pedido whisky, a lo que el mesero respondió Es una cortesía del maestro Escalona. Tan pronto el mesero se lo señaló, el gobernador se desplazó hasta su mesapara saludarlo. Allí nació la amistad que luego se consolidó cuando Uribe se lanzó a la presidencia y al primero que buscó en la región fue a Escalona, quien le prestó su fama para que la usara en la búsqueda de votos”.

Lo primero que sorprende de Víctor Soto es el vigor de su voz. Es n hombre de ochenta años que a través del hilo telefónico parece mucho menor. También llama la atención su detallada memoria y la forma como engrana con facilidad las nostalgias sentimentales con la especificidad de los lugares.

Víctor Soto salió de Colombia hace cuarenta años. Llegó a Nueva York, donde vivió durante casi tres décadas. De ahí emigró a Miami en busca de calor. Soto es el acordeonero que aparece junto a Escalona en aquellas bellísimas fotografías “clickeadas” por el maestro Nereo que el Ministerio de Cultura editó hace una década en un llamativo formato en blanco y negro. “La primera visita de Escalona a Bogotá fue en 1956 –afirma Soto sin dudar un ápice–. Rojas Pinilla y el maestro se conocieron en el batallón Rondón en Buenavista y luego el general nos invitó para un toque el 7 de agosto en Melgar, que nunca se realizó debido a la explosión en Cali de dos camiones cargados con dinamita”.

De manera que tenemos a un testigo excepcional de los inicios musicales de Rafael Escalona. Quizás por eso me timbro al escuchar en su voz una frase tan contundente e inesperada como polémica: “El acordeón llegó a Escalona por necesidad, pues en la región no existían ni guitarras, ni violines, ni sinfónica”. ¿El maestro del vallenato prefería la guitarra antes que el acordeón? Es lo que afirma Soto acodándose en esta historia: “Escalona decía que en su casa no lo dejaron aprender a tocar acordeón, pero yo opino lo contrario: a Escalona no le gustaba el acordeón para su música. Le parecía muy poca cosa”.

Corrían tiempos cuando la música de acordeones no era de buen recibo en los salones de la clase afortunada, lo cual plantea una reflexión: prohibido el acordeón en el Club Valledupar, a Escalona le importaba no ser rechazado por la oligarquía de su pueblo, por los poderosos. Pregunto a Soto por qué Escalona prefería guitarras y violines a la hora de grabar sus cantos. Transcribo su respuesta literal: “Por pretencioso. Le parecían poca cosa los acordeoneros de esa época”.

Luego de más de media hora de animada conversa, finalmente llegamos al punto que motiva mis pesquisas: la tan mentada canción homenaje a Rojas Pinilla, que Víctor Soto me canta de memoria al mismo tiempo que la grabo para la posteridad en mi teléfono celular. El canto tiene tres nombres y su letra es tal cual sigue, a pesar de la aclaración de Soto de que las estrofas finales fueron incluidas por Escalona algún tiempo después.


“13 DE JUNIO” O “ROJAS PINILLA” O “EL GENERAL”

Ombe cada vez que esta nación
oiga ve su libertá en peligro
Ombe se da cuenta el ser divino
y manda un libertador
Se da cuenta el ser divino
Y le manda un libertador
A Colombia fue Rojas Pinilla
El que le quitó la pesadilla
Ombe porque en el 13 de junio
Ay se terminó el gran infortunio
Ahora toda América dirá
Ay que en Colombia hay libertad
Porque Colombia sentía amargura
Ombe Rojas Pinilla llegó
Porque Colombia sentía amargura
Ombe Rojas Pinilla llegó
Ombe a borrar con su ternura
La sangre que otro derramó
A Colombia fue Rojas Pinilla
El que le quitó la pesadilla
Ombe porque en el 13 de junio
Ay se terminó el gran infortunio
Y ahora toda América dirá
En Colombia hay libertad
A Chiriguaná fue a visitar
Estuvo en los llanos en Casanare
A Chiriguaná fue a visitar
Estuvo en los llanos en Casanare
Ay es muy justo general
Ombe que también visite el valle
Hombre y es muy justo general
que también visite el valle
Ombe pa’que vea que
el pueblo grita
Emocionado con su visita
Para que le cuente a sus ministros
Lo que en la provincia ha visto
Y se lleve un recuerdo grato
De la tierra de Pedro Castro



Lo primero que pienso tras escucharla es que la letra es tan desafortunada que ni siquiera parece escrita por Escalona. No olvidemos que se trata de uno de los compositores más ilustres que ha nacido en nuestro país, alguien que dio gloria a nuestra cultura con la sencillez de su poesía, que no es lo que perfilan estos versos. Creo entender las razones de su vergüenza al esconderla –y esto es lo siguiente que pienso–: el problema no es elogiar a Rojas Pinilla. Lo imperdonable es lo malo que le quedó el canto.

El canto fue grabado, según Consuelo, “en menos de lo que canta un gallo en la Radio Nacional, bajo la impecable dirección musical del maestro José María Peñaloza, que ha escogido a su gusto treinta músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional”. ¿Para qué quería grabada una canción tan mala el general? Asuntos de vanidad, supongo. ¿Por qué recula Escalona y la echa al olvido luego de que el general cae en desgracia? Las interpretaciones quedan abiertas a los lectores no sin antes informar de una tercera –y conocida– ocasión en la que el maestro también flaquea ante los poderosos.

Siendo López Michelsen candidato a la presidencia, Escalona compone un canto que se convierte en himno de su campaña: López es el pollo. Pues bien, un par de líneas de este canto fueron mandadas al olvido por decisión de la Dirección Liberal con la anuencia del maestro. El verso en cuestión decía “Que nada de Lleras ni el otro dos Lleras. Ahora es con López y el Partido Liberal”. El liberalismo prohibió estas líneas y Escalona bajó su cerviz. La historia me la contó Ciro Quiroz y yo le doy total crédito por venir de una persona no sólo muy cercana al maestro sino, a la vez, un gran investigador de nuestro folclor.

Al igual que Pambelé o su amigo García Márquez, Escalona fue siempre un hombre cercano al poder. ¿Por qué la atracción de las figuras de la cultura y el deporte nacional por los poderosos? “Se debe a un embelesamiento –la respuesta es de Ciro Quiroz–. Todos nos movemos por complejos. Lo que te impulsa es algún complejo. Escalona, en el fondo, tenía un complejo social por no haber nacido en la oligarquía local”. ¿Lo puedo citar?, pregunto a Quiroz durante el almuerzo en los sótanos
del hotel Dann de Bogotá. “Sí, sí. Claro. ¡No estoy mintiendo!”.


Fuente: http://www.revistadiners.com.co/