29 abril 2011

EL VALLENATO SI ESTÁ EN RIESGO


ROSENDO ROMERO


El vallenato está en su mejor momento por el auge comercial que tiene con el cine TV, prensa escrita y hablada, programas radiales, espectáculos nacionales e internacionales, festivales, escuelas, literaturas, etc. Pero esto no quiere decir que no esté en riesgo. Cuando estuve de acuerdo con el catedrático Abel Medina Sierra me faltó aclarar y ampliar el concepto, bueno pues, se llegó el momento de hacerlo, ahí les va:

¿Por qué está en riesgo el vallenato?

1) Los artistas, en su trayectoria comercial poco a poco se han ido apartando de las raíces folclóricas para darle paso a la innovación que persigue el éxito inmediato, o sea, para ellos conservar el vallenato tradicional tan solo fue un tránsito en su carrera como artista, la prioridad la tiene el éxito comercial, pregunto: ¿Cuáles de estos artistas graban son y puya en cada trabajo que hacen?. Ni Poncho Zuleta, Jorge Oñate, El Binomio de Oro de América, Silvestre Dangond, Peter Manjarrés, Jean Carlos Centeno, Silvio Brito, Beto Zabaleta, Los Gigantes, Los Chiches, Los Inquietos, Los Diablitos, Pipe Peláez, Omar Geles, Otto Serge, etc. Sólo Jorge Celedón hace la excepción. O sea que los mismos artistas están de espaldas a los cuatro aires, y lo que es peor, ya ninguno de ellos graba el paseo rápido, cuando yo pregunto cuál de ellos graba la puya y el son, daría la impresión, que por lo menos graban paseo y merengue nada más, mentira, si graban un merengue es mucho, algunos sólo graban puro paseo, si ustedes quieren verificar esta información analicen la trayectoria de estos artistas y la sumatoria de merengues es mínima y la de la puya y el son, en algunos, es nula.

2) La forma de percutir el ritmo vallenato. Los artistas vallenatos graban un paseo que es una fusión de paseo, chandé, merecumbé, fandango y porro. Imagínense, un cajero que arranca en ritmo de paseo y luego tiene que hacer todos estos cambios en una sola canción, o sea, el modo de percutir el vallenato está en riesgo. Las fusiones son experimentos, por lo tanto no deben remplazar los cuatro aires.

3) Los festivales. Yo me aburrí de ir a los festivales, porque se convirtieron en espectáculos públicos para mostrar a las grandes luminarias de la música vallenata y en realidad es porque ya yo no estoy para hacer una bulla, los concursos pasaron a segundo plano, la creatividad se ha ido poquito a poco alejando de estos eventos, que se crearon para defender lo vernáculo, en verdad así se ha hecho, pero se deben reestructurar, hacerle cambios que permitan recoger la experiencia de los años y la exigencia de la dinámica que el mismo evento genera, con relación a sus objetivos. Si ya es más importante la presencia de una estrella famosa para el evento, es porque los papeles se están invirtiendo, los intérpretes no lo son todo, hay otros sectores de la música que merecen la atención, parece que la responsabilidad de que estos eventos estén respaldando el comercio del vallenato se debe a unos asesores que no piensan en cambios futuristas, que más les interesa tener contentos a los organizadores y a su ego que hacer análisis serios que beneficien al sector.

Santander Duran Escalona dice que los festivales han fosilizado las escuelas de la digitación musical del gran Luis Enrique Martínez, Colacho Mendoza, Alejo Durán, Lisandro Meza, el tres veces Rey Alfredo Gutiérrez, Alberto Pacheco, Nafer Durán, el coloso Miguel López con algunos aportes hechos por los creativos tales como Beto Rada, Orangel el Pangue Maestre y Omar Geles, pónganse a pensar, 70 acordeonistas tocando las mismas puyas con los mismos pases en todas las categorías. Presumo que el público se cansó de escuchar siempre lo mismo y optó por divertirse con el show de los artistas de moda, de tal forma que hoy en día la gente no pregunta; ¿qué acordeonista es favorito?, sino: ¿qué artista se va a presentar? Y agregan, si no viene fulano de tal, este festival va a quedar malo. Mostrar otras atracciones en el festival es bueno, pero no deben estar por encima de los propósitos del evento, que es mostrar el vallenato puro y a las nuevas generaciones.

Deberían hacer un festival para conjuntos estrella, o mejor dicho, ya hay un festival para conjuntos, el de Riohacha, pues dejen los otros para el concurso de nuevas figuras o por lo menos en los festivales, a cada agrupación que se presente se le debería exigir tocar los cuatro aires. Los conjuntos todos andan que se las pelan por presentarse en el festival, bueno, que sea una norma, todo el que pisa la tarima debe cumplir este requisito. Un muchacho demora un año ensayando para ganarse un festival y después que se lo gana y va a hacer una grabación no toca una sola pieza con la cual se ganó la corona. Los festivales son exitosos por la calidad de los participantes y por la misma magia del vallenato, también por el tesón y experiencia de algunos organizadores de los festivales, pero al final de cuentas, como acabo de explicar, todos le fallan al vallenato, por lo ya antes explicado.

4) Los compositores. La supremacía de lo comercial sobre lo auténtico en todos los festivales de la Guajira y el Cesar hacen que el compositor sea tratado como la Cenicienta del folclor (frase de Abel Medina Sierra), no hay conciencia ni conocimiento de los valores, pues si esa es la materia prima, por qué hacerla a un lado. Pregunto: ¿a qué van las grandes estrellas del vallenato? Respuesta: “A cantar las canciones de los compositores”.

Es un hecho que al compositor que no se le grabe hoy en día, prácticamente vuelve al anonimato. La no inclusión de los compositores clásicos, sacó de circulación al vallenato tradicional, para darle paso a las fusiones con el cuento aquel de que todo evoluciona y que hay que darle oportunidades a las nuevas generaciones. Esta es la frase de batalla de los defensores de las casas disqueras, evolución sí; oportunidades para los jóvenes, sí; pero que sea en beneficio de nuestra música, no en perjuicio de ella. Las canciones de los nuevos compositores suenan uno o dos meses, luego pasan al cuarto del olvido, tal como si nuestra música fuese desechable, en realidad si las canciones son monotemáticas y en un solo aire, los compositores las están sacando en serie y la superproducción de vallenato es tanta que hay canciones de muy buena calidad que no alcanzan a quedarse en el público, porque apenas empiezan a sonar, hay treinta empujando para sonar ellas, creo que estamos hablando de control de calidad, que no se ejerce. Las canciones de los compositores clásicos, algunas, tienen más de sesenta años y aun siguen en la simpatía del público.

Mi amigo Adrián Villamizar expresó su angustia con un merengue de hermosa construcción melódica y literaria en el festival vallenato 2010 con el título de “Si no se canta se olvida”, una auténtica defensa nacida del más profundo sentir vallenato, en el desespero por hacer algo. Ocupó el tercer lugar, logro cantar para todo el país su proclama, pero este espadachín del verbo sabe de sobra que si le presenta esta canción a un artista de moda, si se la graban es por milagro de Dios que nos quiere ayudar, porque a los artistas para nada que les interesa la cultura y el arte tradicional, acaso han visto ustedes, alguno de ellos dictando una conferencia sobre folclor. No, a ellos les interesa son los contratos el próximo fin de semana.

Por otra parte, la mayoría de los locutores no anuncian al autor de la canción, y cuando se refieren a compositores vigentes mencionan solo a los que están de moda. Pregunto yo: “¿Será que un legado pierde vigencia o es para toda la vida?”. Pregúntense por qué a compositores de reconocida calidad tales como Mateo Torres, Sergio Moya Molina, Daniel Celedón, Marciano Martínez, Rita Fernández, Edilberto Daza, Leandro Díaz, Adolfo Pacheco Anillo, Roberto Calderón, Deimer Marín, Beto Murgas, Julito Oñate, Santander Durán Escalona, Nicolás Maestre Martínez, Emiro Zuleta, Camilo Namén, Ildefonso Ramírez Bula, Nicolás Bolaños, etc., etc., hoy en día no están mostrando sus obras? Simplemente porque los intérpretes no los buscan, inexplicablemente los grandes intérpretes hicieron a un lado a esta gama de compositores que estaban en su mejor momento y aun siguen componiendo.

5) El riesgo más grande es el que corren los grandes maestros de la música vallenata; los viejos se van a morir sin ver que se les hace justicia,la mayoría ya se murió, las verdaderas joyas de este folclor, los tesos, los que hicieron todo esto para que ahora las grandes estrellas del vallenato se paseen hoy en burbujas con vidrios polarizados y se bajen en la suites de los grandes hoteles, los que legaron un montón de arreglos musicales que ampliaron el universo musical para que los festivales existieran. Hoy, los que quedan los vemos andar en mototaxi, por las calles a pie, algunos tienen como consuelo la posibilidad de dictar clases de acordeón y al menos con eso hacen escuela, porque en los grandes eventos se les ignora y no son mostrados como ejemplos de cómo se toca el vallenato para las nuevas generaciones y ¡claro! como los aplausos se los llevan las grandes estrellas comerciales, entonces los niñitos piensan que ese es el camino y que los tesos son los artistas comerciales y a esos son los que imitan y después se preguntan: ¿por qué el vallenato está perdiendo su colorido?

Pienso que el Ministerio de Cultura debe poner orden en todos los festivales de Colombia, reformar los estatutos de todos los festivales o al menos dar unas bases obligatorias y hacer que se respeten a las grandes glorias de la música colombiana, esto no puede seguir como caballo desbocado o como un barco a la deriva, el orden debe venir directamente desde el Ministerio de Cultura. Al final de cuenta, para eso se hizo, para organizar la cultura colombiana, básicamente se trata de lo siguiente: el vallenato comercial se está engullendo al vallenato auténtico, necesitamos el comercio, pero como vehículo para difundir al vallenato auténtico, no lo contrario. Tener el vallenato auténtico para difundir un comercio como negocio lucrativo para los disqueros y los artistas vallenatos y los grandes empresarios de espectáculos. Es obvio que al aspirar el reconocimiento de la UNESCO para el vallenato a nivel mundial, aspiramos que nuestra música se cante en otros idiomas, así el espectro comercial se ampliará. Entonces pongámonos las pilas: ¡A proteger el Vallenato!

6) La narrativa en el vallenato no está en riesgo, ya hace rato que desapareció, por ahí quedan una que otras canciones que son como el humo del tabaco que ya se apagó.
El vallenato es como un árbol, algunas de sus ramas ya están secas, salvemos al árbol y podrán salir nuevas ramas con características similares, basadas en su tradición y en su base melódica y literaria.

7) La piratería es una enfermedad terminal, la música pasó a ser artículo de esquina, con almacenes en el suelo, de San Agáchate.

8) La carátula del disco. De allí desaparecieron la categorización de los aires, ya no aparece sino el título de la canción, antes decía: paseo, merengue, puya o son, ahora, intencionalmente, no lo ponen, para que las fusiones pasen como vallenato, porque, en realidad lo que vende es la palabra Vallenato.
a) Saludar a un ser querido que se encuentra lejos en un disco no creo que sea malo, o tal vez, al mejor amigo, a la novia, al esposo, a los hijos, tampoco es malo, pero sería mucho mejor si no se hace. Por lo general una sola canción trae de 10 a 20 saludos, pónganse a pensar lo harto que es escuchar ochenta saludos en un disco. Eso agrede la imagen de nuestra música a nivel mundial, pues a quien le interesa en Argentina quien es Pedrito Pérez allá en Perra Perdía, eso debe quedar para los eventos en vivo, uno o dos saludos por canción serían suficientes y eso, por consideración a los cuarenta años de estarse haciendo así.
b) En los festivales aquí, allá y acullá, todos los años presentan a los mismos artistas.
c) Las componendas y las mafias que se arman para favorecer a determinados concursantes apestan en algunos festivales, las juntas no son responsables, me consta, pero en otros las mismas juntas se amangualan.



Fuente: http://solovallenato.com/

04 abril 2011

Después de la lluvia (Cumbia), lo nuevo de Cabas

El sencillo que canta junto a Vicentino contiene un mensaje para las víctimas del invierno


Álvaro Rizo, manager del artista, dio a conocer en exclusiva a VIVE.IN el nuevo sencillo de Andrés Cabas titulado 'Después de la lluvia', tema de su más reciente trabajo discográfico 'Si te dijera', el cual fue elaborado en la ciudad de Buenos Aires bajo la dirección del productor argentino Gerardo 'Cachorro' López.

'Después de la lluvia' fue compuesta por el artista barranquillero, quien a ritmo de tambores dedica esta cumbia a las miles de familias colombianas que durante los últimos meses resultaron afectadas por la ola invernal. Este sencillo lo comparte con el ex vocalista de Los Fabulosos Cadillacs, Vicentico, quien le da un toque de fiesta a este tema que pondrá a bailar a más de uno bajo la lluvia.

'Si te dijera'

Después de 3 años Cabas vuelve con esta producción discográfica que contiene 11 temas entre los que se destacan, desde ritmos caribeños hasta el reguetón.

El disco cuenta con la colaboración de artistas de primera línea como Vicentico, Andrés Calamaro, La Mala Rodríguez y Ale Sergi (vocalista de Miranda).

'Si te dijera' fue grabado en uno de los estudios del productor y músico argentino 'Cachorro' López, quien es considerado actualmente uno de los productores más importantes de la escena rock latinoamericana. López ha trabajado con importantes bandas y artistas latinos como Diego Torres, Miranda, Paulina Rubio, Julieta Venegas, Belanova, entre otros.

En uno de los tracks de este CD, el compositor barranquillero le canta a Simón Cabas Bahamón, hijo que tuvo hace dos años con la actriz colombiana Johanna Bahamón.

Este es el quinto álbum del artista, reconocido por éxitos como 'Bonita', 'La Cadena de Oro', 'Ana María', 'Mi Bombón', entre otros.

Redacción vive.in




01 abril 2011

Escalona ¡vive! - Ivan Villazón, Marina Quintero y la Banda Sinfónica de la U de A



La Banda Sinfónica de la Universidad de Antioquia rinde homenaje a Rafael Escalona, maestro y baluarte de la música tradicional colombiana, cuya obra de valor histórico-cultural, sintetiza una época decisiva para la cultura musical colombiana.
La música de Rafael Escalona representa el paso del canto bucólico a la canción urbana, producto del ingreso a la cultura escrita, y traduce la identidad del hombre latinoamericano, producto híbrido del cruce de culturas profundamente disímiles.
Rafael Escalona nació en 1928, en Patillal, Cesar, caserío lleno de encantos y de contornos paradisíacos. Situado a 35 kilómetros de Valledupar, es famoso en toda la región por un arroyo seco, de arenas blancas muy finas, bordeado por aceitunos silvestres. En las orillas de su arroyo, al que llaman “La Malena”, en noches de luna solían reunirse las gentes del pueblo a cantar décimas, y a referir historias de los pueblos; algunos recitaban poesía y otros cortejaban con bellos cantos de amor.
Estas costumbres avivaron el espíritu de Rafael Escalona, y se convirtieron en fuertes influencias determinativas de su obra poético-musical. En efecto, las crónicas de historias locales y la apertura al lirismo a través de las narraciones de su padre, junto a la música de acordeón de los campesinos que trasegaban por los parajes de la Provincia, se convirtieron en fuentes de la inspiración que singularizó su vida y su obra.
Los mejores arreglistas de la Banda llevaron al formato sinfónico los bellos paseos y merengues del insigne compositor patillalero.
Álvaro Mercado, momposino, ha sabido combinar con maestría la mágica inspiración de los nacidos en Macondo con la magnificencia de la expresión sinfónica
Manuel Pinto, buscador tesonero del alma de la música, ha traducido bellamente al pentagrama sinfónico el vuelo poético del Maestro del canto vallenato.
Alfredo Mejía, arreglista de la música, por pasión y convicción, supo leer en los tonos y acentos del romanticismo y la narrativa poética de Escalona, la amistad en su expresión sublime. Jaime Molina y Miguel Canales, son testimonio.
Juan Carlos Yepes, nuestro arreglista revelación. Su creación sinfónica, fina y elocuente, condujo la música del Maestro Escalona por la dimensión estética universal.
Maestro Marco Antonio Castro, director de la Banda Sinfónica por más de dos décadas. Director musical del homenaje a Escalona; músico de rigurosa formación. Seducido por la cadencia de la música de la Provincia, convirtió su aguda escucha y su ortodoxa conducción en la gran puerta por donde el canto de Escalona ingresó triunfante al pentagrama universal de la música.
El Maestro Marco Antonio Castro ha sido un interlocutor cálido y receptivo de las inquietudes que nacen del corazón sensible de Marina Quintero. En los últimos años ella no ha dejado de rondar por los senderos definidos de los gustos musicales del consagrado director, para, con el anzuelo del espíritu universitario, que a los dos habita, conmover su espíritu y llevarlo por los parajes llenos de emoción y tradición de las músicas populares.
La música de Escalona, seductora y encantadora, aun de los más clásicos y sobrios gustos musicales, habló al oído de nuestro director, y también a él lo convirtió, cual paloma mensajera, en emisario de su amor, de su pasión, de su devoción, por la tradición de los pueblos.
La magistral participación, clásicamente vallenata, en el devenir de la dinámica sinfónica de Escalona vive, es obra de dos acordeoneros de raíces dinásticas y de impecable ejecución. Son ellos Hildemaro Bolaño y Lisandro Meza “Chane”, hijos ambos de respetados acordeoneros del mismo nombre, que ocupan lugares de privilegio en el “cuadro honorífico” de los músicos populares.
Hildemaro y “Chane” han escuchado las voces de sus antepasados y las han plasmado en melodías que renuevan la tradición con belleza y maestría.
Escalona vive es una idea de Marina Quintero, huésped benemérita de la tierra vallenata, quien en más de un cuarto de siglo ha enriquecido su intelecto y su espíritu escuchando serenatas, participando en festivales, parrandas, conversaciones y tertulias con amigos, cantores, compositores y músicos de la tradición musical de la Provincia. Su sensibilidad y devoción por la música, le merecieron la amistad de Rafael Escalona y le permitieron con él un diálogo fecundo, que le llevó por los laberintos secretos del alma del Maestro. Escalona vive es testimonio de esta compenetración; es una exaltación a la amistad y a la pasión poético-musical.
Las voces profesionales de Roque y Lucas Quintero, aportaron, desde la polifonía que construyen, brillos, colores, y un especial encanto que exaltan los matices de la expresión vocal de Iván Villazón y Marina Quintero.
Escalona vive está interpretado por la voz profesional de Marina Quintero, quien interpreta seis canciones del amplio repertorio del maestro Escalona. La perfección vocal de su interpretación, sumada al sentimiento matizado, permiten experimentar la lírica romántica del autor en una dimensión de profundidad existencial.
Iván Villazón, uno de los más grandes cantores de la expresión vallenata, aportó, con generosidad, el sentimiento de la Provincia y la tradición de sus abuelos. Su gesto amable, su canto y la fuerza de su identidad, abonaron a la realización de Escalona vive, expresión cultural que espera conquistar el alma del pueblo colombiano.

Esta hermosa pieza musical se puede obtener por $15.000 en la Tienda del Museo Universitario, en la Tienda Universitaria y en la Libreria de la Universidad de Antioquia.

Horario de atención

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MUESTRA DE ALGUNAS CANCIONES PERTENECIENTES AL ALBUM "ESCALONA VIVE"