07 mayo 2012

Gran convocatoria al Mundial de Música de Acordeón




Confirmaron su presencia en el IV Encuentro Mundial de Música de Acordeón que se cumplirá en Valledupar entre el 20 y 23 de junio, Los Ahijados del Vallenato de Bogotá, dirigido por el vocalista José Ermes Melo, y de Italia, Mauro Mariani, líder de “Los Guipas y El Colocho Italiano”. 
Los Ahijados del Vallenato están conformado por un grupo de doce jóvenes artistas residenciados en Bogotá que en su corta trayectoria, han logrado imponer temas como “El parquecito”, “Ya para qué” y “Sola contra el mundo”, un tema que hace un homenaje a las madres colombianas en la que su autor, Ovidio Aguilar, cuenta la historia de una madre que sin el apoyo del padre de su hijo, logra sacarlo adelante y hace de él una persona honesta y responsable. En esta canción, que evidencia una situación muy común en el mundo entero, quien narra la historia es el hijo agradecido con esa madre cabeza de familia. 
Melo y los demás miembros de la agrupación, con Osnaider “Tato” Cabarcas como acordeonero líder, se preparan arduamente para hacer un buen papel en el Mundial de Acordeones en representación de Colombia. 
Y de Italia, vendrá haciendo música vallenata, Mauro Mariani, líder de “Los Guipas y El Colocho Italiano”, el primer y único conjunto vallenato nacido y operante en Roma. 
Mauro Mariani indica que después de un largo período de búsquedas, investigaciones, entrenamientos, estudios y ensayos de forma completamente empírica, a través de videos de clases virtuales, por falta de academias, maestros y músicos vallenatos residentes en su país, pero siendo un amante de estos ritmos, logró conformar la agrupación que normalmente viene presentándose en diversos escenarios, fiestas latinas, festivales folclóricos y sitios de música latinoamericana en Italia, representando a Colombia y encontrando una gran aceptación por parte del público tanto dentro de las comunidades latinoamericanas como entre los italianos. 
Mauro Mariani y su conjunto vallenato interpretarán, en el marco del cuarto encuentro de músicas de acordeón, obras como “Ojos indios” de Alfredo Gutiérrez, “Matildelina” de Leandro Díaz, “Alicia adorada” de Juancho Polo Valencia, “Mírame” de Tobías Enrique Pumarejo, “El cantor de Fonseca” de Carlos Huertas, “Así fue mi querer” de Gustavo Gutiérrez y “Señora” de Rafael Manjarrés. 
En este festival participan músicos de todas las modalidades que tengan como instrumento central el acordeón.


Fuente: http://www.elpilon.com.co/

11 febrero 2012

El nuevo oscurantismo del vallenato

Por Adrián Pablo Villamizar (Rey de la canción inédita. Festival vallenato 2011)

Que un bien intangible sea considerado Patrimonio equivale a nombrarlo tesoro. Los tesoros inmateriales, anteriormente conocidos como Obras Maestras de la Tradición Oral, son un elaborado producto de los tiempos dentro de una matriz cultural singular e irrepetible. Por razones propias y previsibles del movimiento perpetuo de esas matrices culturales, la fuerza que generan los tesoros de la Tradición Oral tiende a disiparse y finalmente a perderse con el paso del tiempo y la influencia constante de la modernidad con todas sus contracorrientes culturales. Estas últimas no son sino la versión contemporánea y feroz de las mismas corrientes que a su vez crearon el fenómeno o elemento desde sus inicios, hasta adquirir la forma y el contenido conocidos. El vallenato no nació como lo cantó el viejo Emiliano Zuleta o como lo tocó Luis Enrique Martínez, muchas cosas fueron mutando hasta establecer una forma por muchos apreciada, que no requiere exhaustivas explicaciones, y menos para las comunidades involucradas en su gestación y desarrollo. Es ese el saber no sabido, no aprendido que es la marca registrada de La cultura, de cualquier cultura. Los movimientos y cambios que con el tiempo fueron decantando sonidos, ritmos y saberes contaron con la aceptación popular espontánea para dar origen a esta hermosa musicalidad que nos convoca. Fueron perdurando los elementos y las formas que el pueblo mismo fue seleccionando dentro de sus preferencias, y las preferencias a su vez generando estilos, y los estilos a su vez determinaron escuelas, y así hasta obtener esta hermosa acuarela de versos y melodías, rutinas y rebrujes que constituyen al vallenato. Lo que no iba gustando se iba perdiendo y luego olvidando, pero todo fue un producto de lo que el pueblo-pueblo a través de su fascinación estética logró escoger como su música representativa.

Al iniciar el influjo mediático, su trepidante accionar sobre las masas, algo que se vuelve brutaldes de mediados de los 80 hasta nuestros días, ya no es el pueblo quien escoge lo que debe perdurar dentro de su tradición sino los medios, que con su repetición y la estrategia pre-concebida de determinados clisés melódico-literarios, impactan el inconsciente colectivo y por ende el gusto popular; son ellos quienes dominan el panorama. Nadie puede triunfar sin pasarpor su filtro, y quienes fabrican la zaranda no necesariamente acreditan conocimiento o ascendientes dentro de la historia de nuestro canto vernáculo. Las comunidades van adoptando los nuevos cantares a medida que la música se va pareciendo cada día más a sus propio estilo de vida: fácil, rápida, ligera, sin compromisos. No hay tiempo para nada, ni para dialogar, ni para contemplar la naturaleza ni para elaborar un romance. La sociedad se adapta a esa velocidad y así lo hace la cultura y con ella su música. ¿Tenemos entonces, por nuestro propio desdén espiritual, la música que nos merecemos? Creo firmemente que a todo nivel vivimos una época de nuevo oscurantismo que desecha la profundidad, la contemplación y el análisis por lo práctico, sintético e inmediato; son vacíos y clonados los cantos populares, como precarias y calcadas de Internet las tareas y trabajos escolares. Se está gestando una nueva sociedad de discapacitados espirituales en favor de hombres pragmáticos y parcos que no encuentran en el lenguaje del arte y la poesía un medio de elevación de la estética existencial. Y este fenómeno cultural-musical no fue exclusivo del vallenato: afectó por igual y en la misma corriente contemporánea la salsa y el merengue dominicano, ambos convertidos en una plataforma bailable de las baladas de los 80 y 90. La nueva música de estos 25 años de influjo mediático convirtió el vallenato-folclor en vallenato-género, y por ser género, como el rock, la salsa, el jazz, todo le cabe. Su adaptabilidad al momento social, su energía contagiosa, su musicalidad sencilla pero bonita, su función testimonial, lo hacen apetecido y apetecible por donde quiera que transita en las nuevas versiones. Una de ellas se desconecta de la realidad ancestral de la relación hombre-mujer y propone una inversión de los roles, en donde el hombre es victimizado por un ejército irregular de mujeres infieles y desagradecidas, transformando al romanticismo lírico, pero viril en un discurso plañidero y genuflexo, propio de Corín Tellado, con sus respectivas excepciones. Otra variante del vallenato-género concentra su esfuerzo lírico-musical en el bailador; este nuevo danzante vallenato, alejado de la cadencia del desplazamiento gentil, sabrosón y jamaqueao con los pies en la tierra (herencia de la cumbia) y del contacto cercano del cuerpo de la pareja, es montado en frenesí por la música que tiene un ritmo y cortes de percusión con baterías, que en determinadas ocasiones obligan a los danzantes a bailar sueltos y, por qué no, a saltar.

Ambas variantes modernas del Canto Tradicional son las responsables de esa inmensa fiebre nacional e internacional del vallenato, más ninguna de ellas transmite la esencia con la cual fuegestada su música mentora. ¿ Qué pasó? ¿Se acabaron quienes son capaces de ser consecuentes con su entorno y expresarse en cantos que hablen de su acontecer y de su realidad? ¿Perdieron la habilidad de ver el paisaje y encontrar en él los símiles para concretar una idea poética? No, allí están y son los mismos que alimentan al animal hambriento que es el vallenato moderno. Esa habilidad del verso y la melodía, de soñar despiertos y cantar volando entre nubes sigue estando entre los autores, no la han perdido, aunque ahora estén trabajando para otro propósito. Solo que ni ellos ni los intérpretes están dispuestos a morirse de hambre atrás de la edificación del folclor. Es tanta la influencia de las corrientes que dan origen a esta nueva música que ya ni para tras van a mirar. Si Santander Durán Escalona se presentara hoy ante el Jilguero de América, Jorge Oñate, con una obra de las características de Las Bananeras, obra esta que fuese grabada por él mismo con el conjunto de los Hermanos López, no tendría chance de ser parte del repertorio del aún vigente Ruiseñor del Cesar. Lo mismo le ocurriría a Julio Oñate Martínez en el 2011, quien no habría sido escogido para ser parte de un CD de Poncho Zuleta con una obra musical ecológica monumental y cada vez más cierta como La profecía. Solo quedan los festivales de música vallenata, y eso, algunos de ellos, para tratar de dejar algo en el pensamiento de las gentes con canciones que le apuesten a la estética existencial y a la memoria de los pueblos. Allí sigue lo que nos queda de ADN. Enfriar un poco las aguas para que el iceberg del folclor no se derrita a este ritmo tan acelerado es una tarea más que difícil. Hay que ver de qué manera congelamos para los tiempos la memoria de octogenarios que aún recuerdan versos nunca escritos, que llegaron de boca en boca a través de las generaciones. En eso trabaja actualmente el Ministerio de Cultura, asesorado por las organizaciones que integran el Cluster de la Música y la Cultura Vallenata CMCV en el desarrollo de un Plan Especial de Salvaguarda junto a las comunidades que generan el elemento, para que los tataranietos de Toño Salas y Eusebio Ayala conozcan su pasado genético-musical, en el intento de reactivar en ellos esta manera de "contar lavida cantando" que es el vallenato y por eso aquí les van mis versos:
Mi sueño es ver la redención de lo que aquí brilló algún día,Hermosos versos, melodías, que dieron vida a un acordeón, Que vuelva a ser inspiración nuestro paisaje en lozanía, Un vallenato de agonía, no es vallenato ni es folclor,Esos llanticos de hoy en día déjenselos a Jorge Barón Y si Usted comparte esta visión lo invito ya a mi cofradía.

Esto es más o menos como un intento de explicar el tema de lo que significa el vallenato moderno ante el vallenato tradicional, y si estas nuevas variantes representan una evolución o por el contrario, una distorsión, dentro de lo que debe proyectar la música popular como elemento de lacultura de una región. Aclaro que soy médico, no soy estudioso ni folclorista ni vallenatólogo, solo un parrandero sensible.


La ruta del reencuentro. Canción de la autoria de Adrian Villamizar interpretada por Éibar Gutiérrez







Fuente: http://www.elheraldo.co/

31 enero 2012

Hay Lucho Bermúdez pa’ rato



El cantante colombiano Carlos Vives fue el moderador de una cálida sesión de clausura en el Hay Festival 2012 en Cartagena, el pasado domingo 29 de enero, durante una velada centrada en la vida y obra de Lucho Bermúdez.
El motivo: la celebración del centenario del autor de Salsipuedes, Carmen de Bolívar y San Fernando. Junto con Vives, el periodista Daniel Samper y el investigador Juan Vicente Contreras protagonizaron una tertulia, que más pareció una charla de compadres que recordaran anécdotas en torno a un amigo común ausente. Los respaldaban, con sus instrumentos y la música, nueve músicos que trabajaron al lado del ahora legendario músico que les dio a la cumbia y el porro el carácter universal. 
Vives comenzó la charla contando que en torno a la biografía de Bermúdez había versiones encontradas: "Tengo tres fechas diferentes de nacimiento -decía el artista- y hasta donde he investigado, su hija Gloria tiene como 5 o 6 padrinos de nacimiento". 
Pero más allá de la anécdota y las múltiples bromas que se hicieron entre ellos, Samper, Vives y Contreras buscaron explicarle al público la importancia de seguir recordando a Lucho Bermúdez. 
"Para entender a un personaje como Lucho, hay que ver nuestra biografía, hay que hablar de la cumbia, de lo que era antes de Lucho y después de que nació", dijo Vives, e hizo énfasis en los lugares por donde Bermúdez pasó a lo largo de su vida, desde la tierra de nacimiento que alimentó su inspiración, hasta la Argentina y Cuba, donde su música también tuvo repercusiones. "Si uno ve los lugares de su infancia y juventud -añadió-, Lucho vivió en Carmen de Bolívar, Aracataca, Santa Marta, Barranquilla, él es mapa del realismo mágico". 
Vives describió las teorías sobre el ambiente de la cumbia, las teorías sobre su origen y subrayó su origen mestizo: "Creo que para poder defender la cumbia y a Lucho debemos superar muchos complejos: el complejo de que todos los españoles que llegaron fueron bandidos y violentos, entender que la cultura india no era atrasada. Se suele hablar de Cumbia como un ritmo afro, pero también es indio y español". 
De paso, Vives llamó la atención sobre la importancia del río Magdalena en la difusión de las músicas y le pidió al público que imaginara con él, como sería el encuentro de los cumbieros del siglo 20, con los exponentes del jazz, que llegaron también a Colombia en barcos y alcanzaron el Magdalena. 
Por su parte, Daniel Samper resaltó que uno de los logros de Bermúdez fue vincular esta música que antes se oía en los pueblos al repertorio de las bandas, algunas de ellas militares, que tocaban con partitura. "Esto llevaba a hacer la traslación de la música a las partituras, lo que no solo permite un registro histórico del a música e introducir instrumentos distintos sino que también le permitió dulcificar el porro, trasladarlo finalmente a las orquestas y bailabilizarlo, que fue uno de los grandes logros de Bermúdez y también del maestro Pacho Galán". 
Samper, además, señaló a Bermúdez como el responsable de que el rtimo insignia de la música colombiana en el mundo pasara de ser el bambuco a ser la cumbia, algo que empezó, antes de su salto internacional, cuando llevó su música a Bogotá. "El bambuco tuvo un enorme éxito a finales del siglo XIX y a principios del XX, tuvo éxito en México, tanto que empezaron a surgir compositores de bambuco en ese país; pero empezó a producirse un fenómeno, es que el bambuco no era música bailable. Y una de las razones por las que llega al interior y conquista y se queda es que esta música suya la oigo con los pies y quiero bailarla, así como el vallenato lo oigo con los oídos y no quiero bailar", dijo. 
A esto, Vives contestó: "Pero el bambuco es una música muy romántica". 
Y Samper replicó: "Pero el romanticismo de estar uno abajo y ella en la ventana. En cambio la música del Caribe es para bailar pegadita. Yo considero a mis abuelos, porque a esa generación le tocó enamorar con música del interior, que es muy linda, pero no muy buena para ciertas cosas. ¿Qué le cantaba mi papá a mi mamá? ¿Agáchate el sombrerito? No sé cómo no se acabó la raza bogotana", con esto, el periodista se llevó los aplausos y la aprobación de la gente. 
A partir de ese momento, Vives y Samper recordaron el prejuicio y la crítica a la que tuvo que enfrentarse la música caribe cuando llegó al interior del país. 
 "Fue muy criticada -dijo Samper-, tanto que hubo una columna en EL TIEMPO, de la época, que pregunta qué hace esa música de negros ahí, en el Hotel Granada". 
A lo que Vives añadió: "Debió decir: música de negros, de indios y españoles (...), en maestros como Lucho, uno descubre una colombianidad íntegra, porque somos unidos en la biodiversidad". 
Por su parte, Contreras -que además presentó un video conmemorativo acerca de Bermúdez- agregó: "Éramos un país netamente andino y terminamos siendo un país musicalmente caribeño. ¿Cómo pasó eso? No son fenómenos de radio y venta d ediscos, pasan muchas más cosas por debajo. Detrás de eso podremos ver la historia del siglo XX colombiano, en la música podemos ver nuestra relación con el mestizaje: hemos rechazado más lo afro y cómo eso ha ido cambiando. Hoy celebramos a Lucho Bermúdez, algo así habría sido impensable hace 50 años". 
A esto, Vives recordó que hace mucho menos tiempo estuvo prohibido tocar vallenato en el Club Valledupar. Más adelante le propuso al público, que además de reguetón, les pusieran a sus niños alguna cumbia colombiana. 
La velada se extendió más de lo esperado, entre canciones y músicas, al final, el público le pidió a Vives que cantara una canción. "Les agradezco mucho, el cariño, pero la voz no la apropiada para recordar a Lucho -dijo amablemente-. No tengo el tono de Matilde Díaz... Ni la letra". 
Sin embargo, tampoco dejó de hacer coros, cuando los músicos invitados interpretaron canciones como San Fernando y Carmen de Bolívar con la que se dio por terminado el Hay Festival. El público, que había llenado el Teatro Adolfo Mejía de Cartagena para este último acto, salió de la sala aun moviendo brazos y caderas, al son de Lucho Bermúdez.


Fuente: http://www.eltiempo.com/blogs/vallenato_social_club/2012/01/asi-recordaron-carlos-vives-y.php

01 diciembre 2011

La mamá del Vallenato es la Cumbia - Juan Carlos Coronel: Latin GRAMMY 2011


Juan Carlos Coronel ha sido considerado por la crítica una de las Voces Más Privilegiadas para interpretar Canciones de todos los géneros "Tesoros" es un homenaje al maestro José Barros que le ha valido El Grammy Latino en la categoría "Mejor Álbum de Cumbia / Vallenato 2011".
Acaba de lanzar en México, su Homenaje a José José, “De un Coronel a Un Príncipe” grabado con la orquesta sinfónica de Los Ángeles, y prepara gira con el Príncipe de la canción para enero de 2012. 
Comenzó como cantante profesional a los 12 años, con la orquesta Casanova a los 14 conformó el frente de Fruko y sus tesos al lado de Joe Arroyo y Saoko siendo el vocalista más joven en la historia de esta agrupación.
Juan Carlos Coronel se paseado, por diversos géneros musicales gracias a su prodigiosa voz Con 17 álbumes, consolida una carrera llena de éxitos Ocupó un honroso segundo lugar en el festival OTI, representando a Colombia En 2009 crea el “Folckcoronel".
Al contrario de lo que piensa la gente, Juan Carlos Coronel comenzó cantando baladas, su entorno era musical pues su madre, Merceditas Vargas era cantante profesional, corrían los años 70 y el joven muchacho era centro de atracción en reuniones familiares, el colegio y aquí comenzó una carrera que no para, que ha venido siempre en ascenso gracias a la disciplina y la seriedad que pone Coronel en cada cosa que hace.  
Recordado por muchos por el “Patacón pisao” tema que lo dio a conocer al lado del Nene y sus traviesos, este cantante cartagenero ha incursionado con éxito en géneros como la salsa, la música tropical, el bolero y la balada; sus comienzos fueron con Fruko y sus tesos a la edad de 14 años en donde alternó con Joe Arroyo (a quien reemplazaría en la agrupación), y Wilson Saoko, luego sería la voz líder de Afrosound y The Latin Brothers. En 1989 crea su propia orquesta. 
Desde muy temprano se preocupó por rescatar el folclor colombiano haciendo grandes homenajes a los compositores más importantes de la costa, en 1994 graba “Un maestro una voz” recogiendo la obra de Lucho Bermúdez, luego vendrían “Abrazando mi cultura”, otros trabajos dedicados a la Sonora Matancera, el bolero, hasta llegar a Tesoros, donde recoge parte del trabajo musical del maestro Alberto Barros, aquí con temas como La Piragua, El guere guere, El vaquero, Las Pilanderas, Momposina y Palmira Señorial entre otros armo un disco hecho con el alma, que le ha valido El Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Cumbia / Vallenato 2011. 


Fuente:http://www.revistaquetal.com/


 CORONEL- TESOROS - INTERPRETA A BARROS. Listado de canciones: 
 1- La piragua 
 2- El guere, guere 
 3- El vaquero 
 4- a- Navidad negra b- El alegre pescador 
 5- Las pilanderas 
 6- La llorona loca 
 7- Violencia 
 8- Momposina 
 9- El gallo tuerto 
 10- a- El chupa flor b- La pava 
 11- En la orilla del mar 
 12- Estas delirando 
 13- Palmira señorial 

Contraseña de descarga: eccolovallenato.blogspot.com 
Link de descarga: mediafire.com 0lk5c36j4ncjnpc 
Advertencia: Esta música es de muestra solo para personas que están en zonas del planeta donde no se puede comprar el disco original. 
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